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Fabes ideales a mil kilómetros de casa

"Tenemos que explicar que no son habichuelas", dicen los carreñenses que aspiran al premio a la mejor fabada desde su restaurante de Águilas (Murcia)

Bautista Menéndez y Teresa Lastra posan en su local con un ejemplar de LA NUEVA ESPAÑA y dos platos de fabada, entre otros productos asturianos.

Bautista Menéndez Menéndez y Teresa Lastra Candelas viven y trabajan a mil kilómetros de Candás, en Águilas (Murcia), y aun así siguen cuidando la receta tradicional de la fabada. Su amor por la gastronomía tradicional de su tierra natal les ha llevado a ser uno de los tres finalistas de fuera de la región que participará en el concurso a la mejor fabada del mundo, que se celebrará el 21 de marzo en Villaviciosa.

Los fogones son cosa de la candasina Teresa Lastra, que pese a considerar que no fue un año bueno para la alubia asturiana, dio en el clavo y conquistó al jurado de las semifinales, disputadas en el Centro Asturiano de Madrid el pasado lunes. "Seguimos la receta tradicional con su compango de chorizo, morcilla y tocín", afirma Bautista Menéndez, que ha tenido que "explicar una y otra vez a sus clientes murcianos que lo que están comiendo son fabes y no habichuelas".

"Tenemos que darle un impulso más a nuestra gastronomía, y no hablo de la de nuestro local, sino la asturiana; por supuesto, sin olvidarnos de la fabada, uno de nuestros platos estrella", destaca el responsable de Casa Menéndez, que antes de su partida hace diez años a tierras murcianas era el gerente de Casa Generosa, en Trasona (Corvera).

Menéndez se crió en Prendes, junto a los fogones de Casa Gerardo. "Desde que era un guaje siempre tuve esa referencia y también su fabada, que está exquisita", destaca mientras conversa con LA NUEVA ESPAÑA por teléfono en su viaje de vuelta desde Madrid a la comunidad murciana. Teresa Lastra, por su parte, es candasina.

Pese a ser finalistas, Menéndez y Lastra prefieren ser cautos a la hora de lanzar pronósticos para la gran final. Por lo pronto, acudirán a Caravaca de La Cruz antes de regresar a Asturias para participar en la última fase del concurso. "Es año jubilar y como no podemos ir a ver a la Santina de Covadonga para que nos dé suerte, acudiremos a Caravaca de la Cruz", señala Bautista Menéndez, que es consciente que su local ha comenzado a tener "nombre" en los últimos tiempos. "Poco a poco, vamos consiguiendo lo que queríamos, y darle nombre al local nos ha llevado diez años, siempre partiendo de la importancia de educar, gastronómicamente hablando", señala el carreñense.

La fabada que elabora con mimo Teresa Lastra competirá con otra veintena de participantes y los otros dos semifinalistas de fuera de Asturias (Casa Hortensia, de Madrid, y Casa Zapico, de Toledo). "Pasamos más pruebas que los restaurantes del Principado, y ahí estamos, en la final. Para ser la primera vez no estuvo mal", comenta con ironía el responsable de Casa Menéndez.

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