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Talleres Cubia cierra el portón

"Aquí había mucho trabajo, sobre todo para la Thyssen", lamentan en la firma de calderería de Silvota, que pone hoy punto final a casi 20 años de actividad

la desolación de una nave abandonada. A. DE LA FUENTE

Los portones de talleres Cubia permanecerán cerrados desde hoy. La empresa asentada en Silvota, especializada en mecanizados, calderería y soldadura, cesa su actividad dejando en la calle a 42 trabajadores, que tuvieron que sufrir meses de impagos, atrasos y escasa actividad empresarial. Ahora, la compañía se apoya en un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para liquidar sus contratos, una fórmula que los propios obreros piensan reclamar, "para declarar los despidos como improcedentes".

Talleres Cubia nació en 1998, en pleno auge de la economía nacional, de la mano del empresario José Eugenio Flórez Trabanco, quien contaba con amplia experiencia en el sector, también a nivel técnico. Los arranques de la compañía "fueron muy buenos, con muchos pedidos y en continuo crecimiento", según un antiguo empleado de la firma, "que llegó a tener más de 100 asalariados".

A lo largo de su trayectoria, entre los muchos clientes de Talleres Cubia estuvieron Asturfeito, Duro Felguera, Grupo TSK, Idesa o Renfe. Pero, sin lugar a dudas, el que más beneficios y carga de trabajo reportaba a la compañía era Thyssen Krupp Airport Systems, "que encargaba la fabricación de pasarelas para aeropuertos". Además, Talleres Cubia también figuraba, por ejemplo, en una selección de compañías en las que los estudiantes del postgrado de Mantenimiento de sistemas de automatización industrial, título propio de la Universidad de Oviedo, podían cursar sus prácticas.

"Aquí había mucho trabajo, sobre todo con la Thyssen, pero hace unos meses decidieron prescindir de nosotros porque tienen una política de empresa en la que no realizan tratos con compañías que tengan algún tipo de conflicto laboral. Esa fue nuestra tumba", repasa un representante de los trabajadores.

Y es que aunque la pérdida de uno de sus clientes principales pueda haber sido la estocada final para Talleres Cubia, los impagos y retrasos en el cobro de las nóminas era una constante "desde hacía muchos meses". Los obreros de la empresa llanerense comenzaron el año 2016 con parones "después de casi tres años de continuas irregularidades en el cobro".

"La gestión llevada a cabo hasta la fecha está minando, día tras día, la estabilidad de la plantilla y sus familias"; advertía por aquel entonces CC OO, sobre el precipicio al que estaba siendo conducida la corporación radicada en Silvota. "Sin duda la culpa es de los propietarios, que han realizado una mala gestión. Si hubiesen hecho las cosas medianamente bien y no nos hubiesen engañado no estaríamos en esta situación", replicaban los trabajadores días antes del cierre.

Los parones también se sucedieron en noviembre de 2016, así como este mismo enero, donde el inevitable cierre de Talleres Cubia era asumido con pesar por sus trabajadores, que llevan cuatro meses sin cobrar. La dirección de la compañía presentó un ERE que no es aceptado por los afectados, que aspiran a que "los despidos sean declarados como improcedentes".

Durante las últimas semanas, los obreros de Talleres Cubia pasaron sus jornadas laborales "mano sobre mano, sin ningún pedido que sacar adelante". El pasado 6 de febrero un emisario de la compañía les entregó la carta de liquidación y otorgó un permiso retribuido a la mayoría de ellos. "Salvo un par de trabajadores que se quedaron finalizando una obra con la que, supuestamente, nos van a abonar una nómina, nos fuimos todos a casa", asegura un empleado, que "desconfía" de la buena fe de los propietarios. "También tienen en venta una nave para pagar y mil cosas... Pero aquí la situación es siempre la misma", sentencia.

A partir de ahora los esfuerzos de los trabajadores se centrarán en buscar nuevos empleos, cobrar los atrasos -"al final acabaremos recurriendo a Fogasa"- y tumbar la validez del ERE. La lucha para conseguirlo comenzará mañana mismo.

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