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"En el deporte queda mucho por hacer", avisa el nuevo club de gays de Siero

"Mucha gente esconde su condición sexual por miedo a ser rechazada", explica Irwin Villamil en la constitución del colectivo en la Pola

Por la izquierda, Irwin Villamil, Sharon Calderón, Juanjo Fernández y Borja Ibaseta, ayer, en la Pola. LUCAS BLANCO

"No se trata de autoexcluirse, sino de poner por delante una causa para hacerla más visible". Así justifica el gijonés Borja Ibaseta el motivo que llevó a un grupo de amigos de distintas partes de Asturias a crear el primer club deportivo de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGTB) de Asturias, que ayer firmó su constitución en su primera reunión oficial, en la que también se confirmó la designación de Siero como sede.

Cuatro de los cinco socios fundadores del colectivo quedaron ayer en la Pola no sólo para departir sobre este nuevo proyecto, sino también para dar rienda suelta a su pasión por el deporte con una sesión de running por la senda fluvial. "Las charlas están muy bien, pero creímos que una mejor manera de concienciar es creando un espacio de socialización", apuntó Irwin Villamil, vecino de Caballeros y principal artífice de que Siero se convierta en la sede del primer club deportivo de este tipo en Asturias.

La elección de la fecha de ayer no fue casual, pues los socios fundadores conmemoraron el Día internacional de la LGTB fobia en el deporte, una celebración orientada inicialmente al fútbol tras el suicidio de un jugador inglés agobiado por el rechazo de sus compañeros, pero que recientemente se ha ampliado al resto de especialidades en las que todavía existe discriminación por la condición sexual. "Así como en el mundo de las artes ya hay mucha aceptación, en el deporte queda mucho por hacer", indica Ibaseta, a lo que Villamil añade un matiz. "Hay mucha gente que esconde su condición sexual por miedo a ser rechazado", apuntó.

Ante esta situación, su propuesta es crear un entorno en el que los deportistas LGTB puedan practicar diferentes disciplinas sin miedo a ser rechazados. "Parece una tontería, pero hay conversaciones entre compañeros de deporte que algunos rehuyen para no ser mal vistos", comenta la avilesina Sharon Calderón que ve en iniciativas como la del club sierense "una manera de continuar con la conquista de los derechos, un poco abandonada desde que se aprobaron los matrimonios homosexuales".

En principio, el club, denominado (Más)Deporte pretende organizar quedadas para entrenar o desarrollar actividades deportivas concretas que se vayan sugiriendo, aunque también aspira a colaborar con otras entidades y clubes en la organización de iniciativas que den visibilidad al problema de la discriminación. "Toda la ayuda que venga será bien recibida", admiten los componentes de un colectivo que recuerdan que están abiertos a todas las condiciones sexuales, pero lo único que piden es compromiso social para contribuir a que la sociedad avance en la tolerancia a las diferentes tendencias sexuales.

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