Carlos de Gante desembargó en Villaviciosa para ser ungido rey en el monasterio de Valdediós en el equinoccio de 1517. Esta es, a grandes rasgos, la hipótesis que defiende el abogado y apasionado de la historia Eladio de la Concha, a quien no le encaja el relato oficial de que el futuro emperador desembarcó en Tazones de forma accidental y porque la flota se vio sorprendida por una fuerte tormenta.

El autor de tan controvertido relato aclara que la suya es una interpretación personal, sin ánimo de sentar cátedra ni mucho menos. Considera que el viaje del príncipe "fue largamente retrasado, de tal manera y siguiendo la crónica de Laurent Vital, que pensaba realizarse en 1516 coincidiendo con San Juan o, lo que es lo mismo, con el solsticio de verano y, sin embargo, no se efectúa hasta bien entrado el mes de septiembre de 1517".

En su interpretación es clave el motivo último del viaje del futuro emperador al concejo maliayés, para lo que se plantea la pregunta de por qué retrasarlo a esta fecha, cuando las condiciones de la mar se suponen mejores en verano. De la Concha cree que la coincidencia con el equinoccio de otoño y el simbolismo que esto acarrea desde "las antiguas tradiciones celtas o paganas", la relación con la fertilidad de la tierra y el hecho de que Villaviciosa signifique "villa fértil", tienen que ver con esta elección y con la ceremonia para ungir al príncipe rey "en rito similar al del rey David y Alfonso II, en el monasterio de Valdediós en la fecha del equinoccio de otoño, el 21 de septiembre". La Orden Cisterciense, que en ese momento ocupaba el monasterio maliayés, "tenía plena relación con el Ducado de Borgoña".

El escritor se apoya, además, en que la tradición cristiana santifica ese día como el de San Mateo y en la catedral de Oviedo se celebra en esas fechas la Perdonanza, "que no es otra cosa que un jubileo anual en el que se obtienen las indulgencias plenarias, siendo las fiestas de esa ciudad, cuyo patrón es San Salvador, el mismo que pone nombre del monasterio de Valdediós". Por otra parte, el hecho de que desembarcase en Villaviciosa solo un grupo de acompañantes de confianza del nuevo rey "y que el resto de la gran flota se marchara del lugar indica esta planificación".