La del domingo no fue una misa cualquiera en Posada. Sobre todo para Carlos Moisés Morales, "Carlitos". Y es que el que lleva 42 años siendo sacristán de la parroquia de la capital llanerense recibió este fin de semana el cariño y reconocimiento de los suyos, coincidiendo con su 60º. cumpleaños.

Los miembros de la parroquia, que se deshacen en elogios hacia Carlitos y su impecable trabajo, aprovecharon la ocasión para hacerle entrega de 60 galletas -una por año cumplido- y una medalla con la Virgen de Covadonga y un crucifijo. El entrañable sacristán, con síndrome de Down, también se mostró muy emocionado al recibir los obsequios. Su familia y sus amigos quedaron rendidos, una vez más, ante "una de las personas más queridas de la parroquia".

"Lo que más valoro es el cariño de la gente hacia 'Carlitos'. El agradecimiento que todos hicimos a su fidelidad, su puntualidad para venir a la iglesia, que abra y cierre el templo, que informe a los feligreses... Creo que es lo que más valora todo el mundo de él, por encima de los regalos que le hicimos entre todos los parroquianos", destaca el párroco de Posada y vicario de la zona centro, José Julio Velasco, quien sólo tiene buenas palabras para el sacristán: "Es una persona especial para nosotros".

Aunque Carlitos, hombre previsor, tenía preparado un pliego con unas palabras que dedicar a sus seres queridos, lo entrañable, familiar y emocionante del acto hizo que el sacristán desatase su lado más espontáneo. "Gracias, os quiero mucho", dijo con las emociones a flor de piel, para regocijo de su "público", totalmente entregado.

"Lo cierto es que me había dicho que tenía unas palabras preparadas para leer que, además, no eran otras que 'gracias, os quiero'. Pero, cuando se vio allí, estando tan emocionado, las dijo sin necesidad de leer. Lo dijo de sopetón", recuerda el párroco.

Además de su encomiable labor como sacristán, Carlitos es muy popular en la parroquia por su faceta como pintor, de la que lleva haciendo gala una década. De hecho, el llanerense ya ha tenido la oportunidad de realizar una exposición con sus obras, en el restaurante Peña Mea, y que además gozó de notable éxito.