El Club Sierense de Amigos de la Manzana organizó ayer en el Museo de la Sidra de Nava un curso de elaboración de sidra casera con el que el concejo sidrero ha querido ponerse al día en una faceta que, curiosamente, no tiene explotada. Entre las propuestas del curso hubo una, protagonizada por Antonio Fernández, de lo más novedoso: el tratamiento de la sidra dulce para que dure todo el año. O que resista incluso varias temporadas.

El secreto está en manos de Antonio Fernández, socio del club que lleva unos diez años experimentando con el tratamiento de la sidra. Su propuesta es poner las botellas con la sidra del duernu al baño maría y, con ese calor, conseguir distintos tipos de resultado. "Hay una amplia gama desde la más expuesta al calor hasta la menos; unas botellas las calenté hasta que alcanzaron 65 ó 70 grados; en este caso, sale una sidra con algo de aguja, pero muy parecida a la sidra dulce; si la calientas más, el dulzor aumenta y el sabor se acerca al de la manzana asada; y si la dejas hervir durante un tiempo, ya tiene completamente el sabor de la manzana asada", explicó.

Otro de los ponentes fue Avelino Fuentes, productor y miembro de la asociación de sidra casera de Piloña, que se centró en el uso de la tecnología para elaborar la sidra.

Premio a Riestra

Por otra parte, el lagar Riestra, de Sariego, acaba de hacerse con el premio a la mejor sidra natural en el concurso de las segundas Jornadas sobre la sidra Sagardo Forum, celebradas en la localidad guipuzcoana de Hernani.