Cuando de construyó el edificio de Carbayín que ocupa desde el año pasado el Centro Tecnológico Forestal y de la Madera se colocó una caldera de gasoil, pero desarrollaron con la empresa de climatización Grupo DCL Mainsa este proyecto piloto de un sistema de biomasa porque querían ser ejemplo de una instalación de climatización eficiente y que funcionara en edificios públicos y de gran tamaño. El ahorro es considerable, casi del 300% con respecto al gasoil, destaca el director, Juan Majada. "El ahorro es de la mitad, pero si sumas que puedes encender la calefacción cuando y como quieres y por estancias, el ahorro es del 70%", apunta. Han pasado de un gasto mensual de unos 2.100 euros en gasoil a 700 con biomasa, para un edificio que ronda los 3.000 metros cuadrados. Aunque Asturias es uno de los mayores productores de astilla de España, aún queda camino por recorrer. En los países nórdicos y centro Europa es una energía mayoritaria, sobre el 70%.