La escarola es la gracia de muchas ensaladas. Aunque en Asturias no es tan popular como en otras regiones, también se cultiva. "Yo siempre la planto", indica María del Carmen Pintado, que ayer vendía en el mercado de las martes de Pola de Siero las últimas de esta cosecha.

Confiesa que "da bastante que hacer porque hay que amarrarla para que quede amarilla. También hay que plantarla, sallar (eliminar malas hierbas), pero... "¿qué no da que hacer?", reflexiona.

María del Carmen Pintado comenta que la mayoría de sus clientes llevan la escarola para prepararla con lechuga, pero también hay quien la cocina con garbanzos, por ejemplo. Es decir, es un alimento que permite una gran versatilidad. Propone también preparar con mucho ajo las hojas verdes.

Quienes más aprecian y consumen esta verdura es el público joven, explica María del Carmen Pintado. La época del año en la que más se demanda es en verano. "Esto es ya lo último", indica la agricultora señalando los últimos ejemplares de escarola que ha dado su huerta en una campaña que ya finaliza.

Es una verdura que en el momento de su cultivo "requiere agua", pero "después ya no tanta". Indica que "se da bien" en la huerta asturiana. Ayer vendía cada escarola a un euro, todo un manjar para dar alegría a las ensaladas.

Es un alimento con pocas calorías, pero sí mucha fibra y vitaminas. Es una verdura de bajo poder calórico (24 kilocalorías por cada 100 gramos) y su contenido en hidratos de carbono también es escaso, pues son unos 3 gramos por 100 gramos de porción comestible. Otra virtud es que es muy rica en agua, ya que es casi el 95% de su composición, y tiene un alto contenido en fibra.