El bollu de Comadres de la polesa Gemma García García fue el que más convenció al jurado del primer concurso, organizado por la Sociedad de Festejos. Sospecha que la clave residió en que "estaba recién hecho". Explica que cuando regresó a casa de trabajar se puso a amasar. Eran sobre las cinco de la tarde y alrededor de las siete y media lo presentó. Así que al estar aún templado, cree que ganó puntos. Los necesarios para destacar sobre el resto. Detrás hay una buena receta, heredada de su madre, y unas estupendas manos para amasar.

A Gemma García fue su madre, Olivina García, ya fallecida, quien le enseñó a cocinar los tradicionales bollos de Comadres. "Cogí el testigo y espero que mis hijas, Ana y Lucía, también lo cojan, porque es una tradición". El primer recuerdo que a la ganadora le viene a la cabeza al pensar en el bollu es cuando, siendo una niña de unos seis años, se encargaba de pintarlos con huevo batido en el Bar Fidel, el de su abuelo. "Lo recuerdo con mucho cariño", indica.

"No cuesta tanto. Sólo es ponerse y es mantener una tradición", anima esta polesa. Así que explica su receta para quienes se animen a probar. Empieza poniendo a templar a la vez un cuarto de litro de agua, otro de leche y 20 gramos de sal. Cuando esté listo se mezcla con un kilo de harina comprada en panadería, al igual que los 50 gramos de levadura que disuelve en ésta. Luego toca amasar hasta que ligue bien y se deja fermentar. Finalizado este proceso, incorpora 350 gramos de mantequilla y lo une. Cuando esté, corta cinco porciones y en cada una mete un chorizo, que ha de ser tierno. Tras ser envuelto, lo "pinta" con huevo batido y para el horno, a unos 200 grados y durante unos 35 minutos. Ya están listos para comer.

Cuenta que se apuntó por "participar", pues "¿qué cuesta hacerlo y presentarlo?". Lo decidió el jueves de Comadres con una amiga y triunfó. Hubo otros nueve concursantes. Reconoce que está contenta, "claro que sí". Al igual que Juan José García Pajares, que quedó segundo, y Carlos Noval Villa, tercero, demostrando que cocinar bollos no es sólo cuestión de mujeres.