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La Pola | Maravillas del mercado

La patata nueva: tardía, escasa y cara debido a las restricciones por la polilla

La plaga eleva de un euro a 1,50 el kilo del tubérculo de temporada en el mercado, al que llega casi un mes tarde por las lluvias y el frío invierno

La patata nueva llega tarde, por el frío y las lluvias, pero también viene escasa y cara, por las consecuencias de la polilla guatemalteca. Esta plaga ha derivado en la prohibición de cultivar este tubérculo en Vegadeo, Castropol, San Tirso de Abres, Taramundi, Tapia de Casariego, Coaña, El Franco, Navia, Valdés, Cudillero, Pravia, Muros de Nalón y Gijón. Además, se consideran zonas tampón -se puede plantar, pero con vigilancia- Santa Eulalia de Oscos, Villanueva de Oscos, Illano, Boal, Villayón, Tineo, Salas, Candamo, Soto del Barco, Castrillón, Llanera, Illas, Corvera, Avilés, Carreño, Gozón, Siero, Noreña y Villaviciosa.

Así que la patata está llamada a escasear, como sucede los martes en la plaza de la Pola. Amador Molleda vendía el kilo de patata nueva a un euro; después de la polilla ha subido a 1,5 euros. Y como la patata no falta en las cocinas asturianas, su demanda se mantiene. Molleda no puede cultivarla en las huertas que tiene en Gijón. Así desde noviembre pasado por un periodo de dos años. Alejandro Muñiz, agricultor de Gijón, no tiene patatas. Y corrobora que esta situación ha provocado que "hay menos y se encarecen".

Las de Amador Molleda proceden de su finca en Siero, concejo tampón. "Vienen retrasadas por el mal tiempo", explica. Calcula esta demora en un mes, pues en otras campañas a finales de marzo ya tenía patata nueva. Este año llegan ahora en abril. "Le afectó el agua y el frío", explica Molleda, porque "tardó en crecer". Reconoce que la patata de casa es bastante apreciada por los clientes, sobre todo, para hacer en tortilla, en ensalada y fritas, como guarnición. Las nuevas son más tiernas y no ennegrecen como las viejas. "Se vende mucho", constata Molleda en Pola de Siero.

"El otro día me puse a pelar unas patatas y al partirlas estaban todas negras porque eran viejas". apunta su cliente José Luis Álvarez. Así las cosas, asegura que con las nuevas "no queda la tortilla negra". En su caso, donde más aprecia las nuevas piezas y de casa es en tortilla, cocida y frita. Este año, lo dicho, habrá que pagarlas más caras.

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