La cada vez mayor demanda de los padres para saber cómo afrontar la educación emocional de sus hijos ha llevado al psicólogo Miguel Ángel Jiménez, junto con Rebeca de la Torre, a formar equipo con la también psicóloga polesa Yurema de La Fuente, que además es la presidenta de la organización social "Sumando". Destaca que el 80% del éxito en la vida tiene que ver precisamente con la inteligencia emocional.
- Cada vez hay más padres desbordados con la educación de sus hijos. ¿Qué es lo que más demandan?
-La principal dificultad que tienen como padres en este momento es buscar el rumbo. Necesitamos liderar a las familias porque se ha perdido el liderazgo.
- ¿Por qué se ha perdido?
-Por varios motivos. En la historia ha habido tres hitos que han convulsionado la humanidad: el fuego (permitió cocinar la comida), la rueda (facilitó el transporte) e internet. Hemos vivido esta última transición en muy poco tiempo y hoy es más complicado, sin desmerecer el trabajo de nuestros padres, porque estamos sin rumbo.
- ¿Por qué es más complicado educar ahora?
-Por varios motivos. Por la inmediatez y los niños están creciendo en esta sociedad de la inmediatez, de tenerlo todo ya. Además, tenemos una cantidad ingente de información en nuestra manos, aunque muchas veces no se traduce en conocimiento. Antes, ese conocimiento pasaba de padres a hijos. Tanta información puede ser buena cuando es útil y eficaz, pero también contraproducente. El problema es que sigue sin haber un rumbo ni criterio. Por otro lado, todo va tan deprisa que sólo tenemos centrada la vista en el presente de la educación.
- ¿Es fácil para unos padres que no han sido entrenados en la inteligencia emocional educar así a sus hijos?
-No. Tú tienes que entrenar a tu hijo en la inteligencia emocional. El 20% del éxito en la vida tiene que ver con la capacidad intelectual, pero el 80%, con la inteligencia emocional. Un problema es que el sistema educativo sigue primando la capacidad intelectual.
- ¿Cómo se han de trabajar las emociones en los niños y cuáles son los errores más comunes que cometen los adultos?
-Tenemos que identificar las emociones. ¿Somos conscientes de lo que sentimos? Tenemos que verlo en positivo, facilitar que los niños se expresen y traducirlo a un lenguaje emocional. Es decir, ponerle un nombre a lo que sienten: miedo, tristeza, alegría... Hay que hablar de las emociones como algo que tenemos y que no son ni buenas ni malas. Les tenemos que decir que lo que sienten es útil, sano y normal. Las emociones siempre son coherentes.
- ¿Cuáles son las consecuencias de reprimirlas?
-Si las reprimes no estás dejando que cumplan esa función. Si le dices al niño que no sienta eso que siente porque no puede sentirlo, no va a poder dejar de hacerlo, pero además vamos a alterar su conducta y afectará a su autoconcepto al sentirse mal por sentir así. Rebeca de la Torre dice que con la inteligencia emocional queremos hacerles autónomos, no autómatas. Lo que tenemos que hacer como padres es que identifiquen esa emoción, sean responsables de ella y aprendan.
- ¿Cuáles son los pilares para un desarrollo emocional sano?
-La protección. Si le damos al niño aquello que necesita y le sobreprotegemos quiere decir que teniendo capacidades para poder hacer algo no le dejamos. Por ejemplo, lo típico en el parque de no te subas ahí porque te puedes caer. Le provoca que piense que el mundo es amenazante y al no confiar en sus capacidades afecta a su autoconcepto. Hay demasiada protección y hay que buscar el equilibrio. La seguridad es el segundo pilar, pues el niño se siente seguro cuando prevé la conducta, por eso necesita límites. Hoy hay muy pocas normas y a veces incoherencia entre padres e incluso abuelos, no hay equipo e inconsistencia en el tiempo.
- ¿Y el tercer pilar?
-El cariño. Hay que darles todo y más. Se trata de pasar tiempo con ellos, participar... El cariño no malcría. Hay que escucharles y preguntar "para qué" quieren algo; tener un pensamiento positivo y reconocer lo que hacen bien.
