La lluvia deslució, pero no aguó ni las procesiones ni las alfombras florales propias de la celebración del Corpus Christi en Siero y Llanera.

En Lugones es un grupo parroquial de mujeres el que se encarga de elaborar el impresionante tapiz de flores en el exterior de la iglesia. Nides Berdasco explica que en esta tarea vienen trabajando mes y medio, "preparando las flores, diseñando los dibujos...". Comenzaron a montar la alfombra el sábado a las ocho de la tarde y la tenían lista a las seis de la mañana del domingo. "Trazar los dibujos y preparar la base es lo más complicado", reconoce Berdasco. El tapiz lo confeccionaron con pétalos de rosa, margaritas y otras flores que los vecinos y florerías de la localidad les llevaron, y también con arena de colores. "La gente también nos ayuda económicamente para comprar material", agradece.

Así que la frase más repetida ayer al mediodía junto a la iglesia de Lugones fue "¡qué guapo!", aunque la coletilla fue "¡qué pena que llueva!" Refleja también el pensamiento de Matilde Álvarez y así se lo reconoció a las artífices de esta obra de arte efímera. "Cada año lo hacen más guapo. Está precioso", resumió. "Aquí se está convirtiendo en una tradición", concluyó orgullosa Berdasco, mientras vigilaba antes y durante la misa para que nadie pisara la alfombra.

Los niños que este año han hecho su primera Comunión fueron protagonistas en la misa y procesión del Corpus tanto en la Pola como en Lugones y en Lugo de Llanera. En esta última localidad también decoraron la entrada del templo con una espectacular alfombra realizada con sales de colores. Sobrevivió a la lluvia y orbayu hasta que el Santísimo Sacramento, que el párroco llevaba bajo palio, fue el primero en atravesarla.

Mientras, los niños bordeaban el tapiz, con sus cestas llenas de pétalos de flores, para luego incorporarse a la procesión, que se desarrolló bajo la amenaza de lluvia más intensa.

Las Fiestas Sacramentales de Lugo de Llanera, que sirven de estreno para el calendario festivo del concejo, finalizaron ayer por la tarde con actividades infantiles, después de que al mediodía los actos centrales fueran la misa y la posterior procesión.