El mal tiempo ha traído este año riadas ocasionales en numerosos puntos de las vegas de los ríos Nora y Noreña, cuyos vecinos se han visto afectados en distinto grado. Muchos de ellos piden a la Confederación Hidrográfica que tome medidas para evitar que las persistentes lluvias que se prevén en la recta final de la primavera -ayer tarde empezaron- afecten con tanta saña. Buena parte de la culpa de los desbordamientos la tiene, según aseguran, la falta de limpieza de los cauces, que provoca atascos que, finalmente, desvían el agua.
Así ocurrió hace unos meses en Castañera, localidad de la parroquia de Granda, con una grave inundación que cubrió la vía del tren y que afectó, especialmente, a la vivienda de Maite Vázquez. "Hasta ahora había habido alguna inundación, pero nunca como esta; nos tememos que es por algo que hicieron en el río, y que debería mirarse para que no ocurra otra vez; nos tuvimos que ir de nuestra casa hasta que pasó, porque nos hubiéramos quedado incomunicados", asegura.
El río Nora tiene también varios tramos que sufren inundaciones en las parroquias de Colloto o Tiñana, y cuyos vecinos han pedido reiteradamente medidas para paliar los daños. Asimismo, el río Noreña también trae problemas a su paso por la parroquia de Argüelles, concretamente a su paso por el puente de La Belga, que tiene los ojos muy pequeños, lo que hace que en seguida se acumulen restos de vegetación y basura y que el agua se desborde.
"Si no se limpian los ríos, los ríos salen", sostiene la alcaldesa de barrio de Argüelles, Loli Prendes. En el caso de su parroquia, el desbordamiento es peligroso no porque afecte a viviendas sino porque anega un tramo de la carretera que hay en la revuelta de una curva y en el que ya han caido varios vehículos. "Hay gente que sabe que no puede pasar por allí, pero están los nuevos o quienes vienen de visita, que quedan con los coches atrapados, y muchos de ellos se estropean; ya hubo varios incidentes".
"La Confederación Hidrográfica del Cantábrico debería actuar y no lo hace; creo que los ayuntamientos tienen que unirse para hacer presión ante la Confederación, porque, si no, ¿quién limpia el río?", sostiene la alcaldesa de barrio. En eso coincide con los vecinos de todas las vegas, que ven que no tienen permiso para actuar en los ríos pero nadie cumple con este trabajo.
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