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Piedras que son arte en Peón

José Ángel Cuervo talla piezas de gran tamaño y realismo, una afición que cultiva tras haberse jubilado: "Es un relax total"

José Ángel Cuervo González, en Peón, con parte de sus piezas en piedra. | Vicente Alonso

El tallado en piedra es una práctica ancestral que José Ángel Cuervo González, vecino de Peón (Villaviciosa), ha convertido en el mayor de sus hobbies. Una pasión artística con la que transforma piedras en espectaculares y realistas obras de arte.

Un afición que le surgió buscando un entretenimiento para su jubilación que le llegó el pasado 1 de junio, tras trabajar como mecánico de montajes. "En los últimos años de vida laboral fui buscando un hobby que me pudiera gustar y mantenerme activo al jubilarme. Hace unos diez años vivía en un piso en Gijón y comencé con la talla de piedra, realizando pequeñas obras con reproducciones de cabezas de animales y figuras de caras humanas, lo que me resultó muy gratificante", explica Cuervo, quien reconoce que después de irse a vivir al pueblo de Bárcena, en Peón, el entorno de naturaleza, tranquilidad y silencio fue determinante para ayudarle en su inspiración de hacer espectaculares obras en piedra que destacan por su gran tamaño, imaginación y realismo.

Entre los últimos trabajos de este artista de la piedra figuran esculturas llenas creatividad, y trabajo minucioso para el que solo se ayuda de piqueta, radial, las manos, imaginación y mucha paciencia. "Algunas de las figuras más grandes que he hecho, como la ventana prerrománica, me llevaron unos seis meses; la Virgen de la Piedad tardé casi dos meses; y un perro acostado o una concha peregrina llevan tiempo. Todas son hechas con piedra arenisca de la zona de Quintes y Quintueles, típica de aquí. Otras son con piedras de los montes de Peón".

Aunque Cuervo reconoce su predilección por la piedra –"es más agradecida" asegura– también ha trabajado la madera. "Este barrio de la Garita donde vivo lo cruza el Camino a Covadonga, y el del Norte, a Santiago. Para los peregrinos he realizado en madera bancos y mesas para que puedan sentarse a descansar. También figuras alegóricas o algunas pinturas y dibujos murales o relieves. La obra que más les llama la atención es un hórreo en madera con pegollos de piedra, todo tallado por mí, que tiene casi dos metros de altura. La madera solo la trabajo con navajas de Taramundi". El año pasado cruzaron por donde vive camino más de 3.000 peregrinos de todo el mundo. "Son los mayores admiradores de mis obras", describe orgulloso.

Y añade: "Está escrito que el año 1734 Jovellanos pasaba por este camino a Gijón porque su familia tenía aquí la Casa del Conde".

Asegura este apasionado de la piedra que su afición le produce "un relax total" y que le ha servido "como terapia en algunos avatares de la vida". No vende ninguna pieza, "solo las cedo alguna vez a la Asociación de vecinos de Peón y Candanal para exponerlas cuando asisten a ferias, y tampoco hago encargos, ni repito pieza. Hago lo que a mí me gusta, con libertad total. Es como me gusta trabajar".

El artista ahora se encuentra inmerso en el trabajo de una nueva obra que ya está rematando. "Se llama Puerta de Asturias y va sobre un gran bloque de piedra arenisca de casi 200 kilos. Tiene casi 2 medros de altura y pesará más de media tonelada en total". Otro homenaje a Asturias de este artista autodidacta que transforma piedras en unas esculturas a las que da vida. Todo en Peón.

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