Nuestras instalaciones son modélicas, aunque como casi todo, mejorables. De la limpieza y mantenimiento nos ocupamos los jugadores y la Federación Asturiana, principal usuaria de las mismas. Pero en ocasiones, como en el momento presente, el crecimiento de hierbas y plantas dentro del propio terreno de juego se nos antoja un problema difícil de abordar, por las restricciones en cuanto al uso de substancias químicas para eliminarlas. Después de contactar varias veces con representantes municipales, las cosas siguen parecidas.

Por otra parte, aunque el cierre perimetral está bastante bien en cuanto a altura y funcionalidad, en algunos tramos está deteriorado y no se repara de modo regular. Aunque no tenemos ninguna queja acerca del civismo con el que las instalaciones han sido tratadas desde su inauguración, hay algunos comportamientos que dejan mucho que desear: personas que cuando llueve se atechan bajo la cubierte y meten sus perros en las pistas, donde hacen sus necesidades y encima no las recogen; gente que se siente en los bancos por las noches y deja basura; y especialmente el problema que se plantea a veces con niños, a los que sus padres dejan allí jugando a cualquier cosa que no es Petanca, mientras ellos están en los bares próximos, con el riesgo de accidente que conlleva o el deterioro que producen en los terrenos de juego o en los asientos de la grada.

Por último, aunque la cubierta cumple su función en muchos momentos del año, en días lluviosos, cuando el agua viene acompañado de viento, entra por todos los sitios, impidiendo el uso normal de la instalación. Sería deseable que se estudiase la manera de paliar el problema, con la instalación de mamparas laterales o algún dispositivo similar.