Madrid, M. Press

Laura Menéndez acudió el martes desde Cangas del Narcea hasta Madrid y, como la totalidad de las cerca de 350 mujeres de las cuencas mineras asturianas, castellano-leonesas y aragonesas, fue para «defender nuestro trabajo y el de nuestros maridos, hijos y hermanos, nuestro modo de vida, a defender nuestras comarcas y a reclamar lo que es nuestro, lo que está firmado y nos quiere arrebatar el Gobierno del PP».

El marido de Laura Menéndez, José Benjamín, trabajador de la empresa Carbonar, está encerrado desde el lunes junto a otros cuatro compañeros en el Ayuntamiento de Cangas del Narcea, y «nosotras también tenemos que hacer todo el esfuerzo que podamos para apoyar a nuestros maridos y defender nuestra vida».

Laura considera que el trato que recibieron las mujeres que entraron al Senado, alrededor de un centenar, fue «indignante y humillante». «Yo no entré porque no estaba autorizada», relata la esposa del minero, «pero las compañeras que entraron nos explicaron que el trato que les dispensaron en la puerta fue vergonzoso y hasta vejatorio». Laura Menéndez relató que la Policía obligó a sus compañeras de protesta «a cambiarse de ropa si querían entrar por lo que no les quedó más remedio que desnudarse allí mismo. Lo dicho, un trato indignante».

Laura Menéndez, que aunque es natural de Tineo reside en Cangas del Narcea, critica también el amplísimo y «desproporcionado» despliegue policial con el que fueron recibidas nada más poner pie en suelo madrileño y la «excesiva contundencia con la que fuimos retenidas y empujadas en algunos momentos por la policía». Para ella, «algo ilógico porque nosotras en ningún momento tuvimos una actitud violenta y no era necesaria aquella demostración de fuerza que hicieron algunos policías».