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Hallazgos en la única oquedad de las Cuencas con arte rupestre

Identifican en la cueva del Molín más de medio centenar de grabados del Paleolítico

Investigadores de la Universidad de Cantabria localizaron en la cavidad de Morcín trazos no figurativos cerca de las representaciones de tres ciervas y un caballo que ya habían sido estudiadas

Uno de los paneles de grabados no figurativos de la cueva de Morcín. Excavaciones Arqueológicas De Asturias

La cueva del Molín, en Morcín, alberga decenas de grabados del Paleolítico. Los investigadores habían identificado hace décadas las figuras de tres ciervas y un caballo, y ahora en una nueva campaña arqueológica en la que se profundizó en su estudio se han localizado y documentado medio centenar de trazos lineales no figurativos realizados durante el Paleolítico Superior.

La cueva del Molín es una pequeña cavidad abierta en el abrigo de Entrefoces y situada a unos 30 metros del cauce del río Riosa. La cueva fue declarada bien de interés cultural por sus restos paleolíticos pero hasta ahora no había sido estudiada a fondo a pesar de ser la única en las comarcas mineras que alberga manifestaciones de arte rupestre.

Los catedráticos de Prehistoria Manuel R. González Morales y César González Sainz, y el investigador Aitor Ruiz Redondo, todos ellos del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de la Universidad de Cantabria, realizaron con autorización de la Consejería de Educación y Cultura del Principado una investigación arqueológica en la cueva del Molín entre octubre de 2010 y marzo de 2011 y el informe final acaba de ser publicado por el Principado dentro de volumen "Excavaciones arqueológicas en Asturias 2007-2012". Los investigadores documentaron y evaluaron las manifestaciones de arte parietal que hallaron en tres paneles de la cueva. "El panel con grabados figurativos del Molín ha sido descrito en varias ocasiones pero de manera sumaria, y merecía un tratamiento más pormenorizado. Además, existen otras manifestaciones parietales grabadas más al interior de la cueva que se abordaron por primera vez. Se trata de dos paneles con grabados lineales no figurativos que suelen acompañar a las figuraciones en otros conjuntos rupestres similares de la región", señalan los investigadores en el informe arqueológico.

El trabajo de campo incluyó un levantamiento topográfico del espacio principal de la cavidad y la limpieza de los paneles. Los investigadores señalan que todos los grabados son de tipo simple y único, realizados con buril y con distintas profundidades y anchuras; son visibles a la luz del día en la actualidad y fueron realizados, "con toda probabilidad", en similares condiciones en el Paleolítico superior. Los arqueólogos señalan que aunque los grabados no están demasiados alejados unos de otros, son diferenciables tres agrupaciones:

Panel de grabados figurativos. Los arqueólogos identifican aquí cuatro figuras animales abreviadas, tres ciervas y un caballo, todas orientadas hacia el fondo de la cueva. Los investigadores destacan que tres figuras se superponen entre sí en el centro y parte izquierda de la composición, coincidiendo con la zona en la que la superficie caliza erosionada es más ancha, en tanto que la cuarta figura aparece más a la derecha. "Los motivos figurativos detectados en Molín corresponden a tipos frecuentes en los conjuntos rupestres exteriores con grabados profundos de la región Cantábrica", señala el informe arqueológico. Los investigadores destacan que en el caso de las ciervas, denominadas también trilineales en función de los trazos que organizan su cabeza, se localizaron por primera vez en la cueva de El Chufín (Cantabria) y que en un primer momento se interpretó la oreja -en prolongación de la línea frontal- como cuerno y por tanto se identificaron como cabras y no como ciervas. Pero la localización entre 1978 y 1980 de un buen número de conjuntos rupestres con similares cabezas en el valle del Nalón y sus afluentes (La Viña, La Lluera I y II, Santo Adriano, Torneiros, Godulfo y el propio del Molín) "permitió precisar su lectura, pues se trataba de animales gráciles, en ocasiones de cuello alargado, lo que facilitaba su interpretación como ciervas". Destacan los investigadores que "se trata, con toda probabilidad, del primer modelo de representación de ese animal ensayado en la región". Por su parte, la probable representación abreviada del caballo de El Molín encuentra, según los investigadores, refrendo en ejemplares de otros conjuntos con grabados exteriores de similar estilo. El conjunto formado por las tres ciervas y el caballo "no es precisamente inusual en el arte rupestre premagdaleniense de la región cantábrica. En realidad son los dos temas más representados, de manera que su coincidencia, en yuxtaposición, se puede apreciar en numerosos conjuntos parietales", apunta el informe.

Conjunto de trazos linéales al fondo del corredor de entrada. Más al fondo de la cavidad del Molín, pero en una zona iluminada por la luz natural, los arqueólogos localizaron una cincuentena de trazos grabados no figurativos. Son trazos rectilíneos o, en menos casos, con una leve curva, de longitudes y grosores de surco variados. Predominan aquí los trazos cortos y relativamente finos, aunque bien marcados.

Grabados linéales en la parte alta de la placa caliza. Es el lienzo de acceso más complicado, ya que es necesario escalar para acercarse a él. Aquí se encuentran algunos trazos cortos no figurativos similares a los del corredor de entrada.

A la hora de interpretar los trazos no figurativos, los investigadores destacan la escasa bibliografía sobre el tema. "El hecho de que los dos paneles con trazos no figurativos del Molín ni si quiera se hubieran mencionado antes es buena prueba de esa situación", señalan. No obstante, apuntan que en las últimas décadas se ha reivindicado su papel en muchos conjuntos parietales paleolíticos y destacan la frecuente complementariedad entre estas series de grabados no figurativos y los grabados de animales. "La asociación sobre el mismo lienzo o en paneles inmediatos como es el caso de la cueva de El Molín, no es excepcional sino muy frecuente, y todo indica que corresponden a una misma población y usos gráficos", destaca el informe arqueológico, que especula sobre el posible sentido de los grabados. "En el caso de los trazos cortos divergentes, más allá de la extraordinaria sencillez del motivo, cabe subrayar que se repiten en varias ocasiones en El Molín y en algún otro conjunto rupestre, de manera que se trata probablemente de representaciones con un sentido común. Sin embargo, es más fácil decir lo que no son, que lo que efectivamente son y representan. La posición más frecuente en "V" abierta en su base y la ausencia del tracito interior a modo de mediana los diferencia de las heridas frecuentemente asociadas a figuras de animales o de las representaciones del triángulo púbico femenino, aunque ciertamente no es posible excluir que se trate de una versión aún más esquematizada de lo mismo", señalan los investigadores que han sacado al aire los grabados del abrigo de Entrefoces.

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