Diseñar un puente capaz de resistir vientos de hasta 90 kilómetros por hora. Ese es el reto al que se enfrentan los alumnos de segundo del grado de Ingeniería Civil de la Escuela Politécnica de Mieres. El profesor Antonio Navarro, con el apoyo del resto de docentes de Civil, la Politécnica y la Universidad de Oviedo ha convocado el primer concurso de Ingenios Hidráulicos y Aerodinámicos, que cuenta con 500 euros en premios.
"El objetivo es que los alumnos diseñen un puente colgante o atirantado, además de hacer un modelo a escala que después probaremos con un túnel de viento", explicó ayer Navarro. Los participantes no parten de cero, "tienen la teoría que han recibido a través de la asignatura de Hidráulica e Hidrología, pero nunca han diseñado un puente, tienen que enfrentarse a este problema y resolverlo", apuntó. El docente anunció, además, que "realizaré mi propia maqueta para que vean que es todo un reto". Los modelos a escala -de cartón e hilo de coser- serán presentados el próximo martes en el edificio científico-tecnológico, donde el jurado admitirá a concurso los que cumplan con las bases. Al día siguiente se realizarán las pruebas en el túnel de viento en la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón. Allí se comprobará si aguantan la fuerza de 90 kilómetros por hora. Este aspecto fue destacado por Navarro, quien afirmó que "las alertas en construcción son a partir de 40 kilómetros por hora". Entre los trabajos presentados se premiarán dos categorías. Por un lado, el diseño del puente, que tiene que ser racional y estético. Por el otro, la resistencia al viento. "En este último caso, y si ninguno de los modelos aguanta los 90 kilómetros por hora, ganará el último en romperse".
Para desarrollar este certamen, el primero de estas características que se organiza en la Politécnica, los docentes han contado con el soporte de las firmas de construcción y diseño AST, Coprosa, Ogensa, Tapusa, FCC y RJB, que también formarán parte del jurado.
