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La planta de biomasa, a la espera de que cambie la política energética

El proyecto tiene una inversión de 41 millones de euros, a los que se sumarían otros tres para adecuar La Pereda

La biomasa es otro de los grandes pilares de la división medioambiental de Hunosa que, de momento, se encuentra en compás de espera. En este caso, el principal inconveniente es la actual política energética del Gobierno Central, que hace inviable el proyecto para la creación de una planta generadora de energía alimentada con la biomasa obtenida de los bosques de su propiedad. La iniciativa contaba con una inversión de 41 millones de euros, a los que se sumarían otros tres para la hibridación de la central térmica de La Pereda. La planta sólo quema estériles y carbón. Con su hibridación, también podría añadirse biomasa a la caldera.

El proyecto de la planta de generación eléctrica con biomasa, aunque paralizado, se encuentra en un avanzado estado de desarrollo. Además de la inversión, también se le había buscado ubicación, el polígono industrial de Reicastro, propiedad de la hullera. Junto a estos pasos previos, también se han intensificado las plantaciones de árboles en las antiguas minas a cielo abierto y se ha mantenido reuniones con asociaciones de propietarios de fincas forestales de las comarcas mineras. Asimismo, se ha ensayado la quema de biomasa junto con carbón en La Pereda dentro del proyecto "Pellet In" en colaboración con la Fundación Asturiana de la Energía, el Instituto Nacional del Carbón (Incar) y la empresa Pellets Asturias.

La otra apuesta de la hullera relacionada con su masa forestal es la biomasa térmica, un negocio de menor volumen, pero que sí resulta más viable en la actual situación económica. Los primeros trabajos dentro de esta línea se iniciaron a finales del año pasado en el entorno del pozo Figaredo, en Mieres. Tras realizar los estudios de viabilidad del terreno y el acondicionamiento de las pistas comenzará el talado de los árboles, su almacenamiento y secado y, finalmente, el astillado. Los trabajos en el bosque afectan a 18 hectáreas, donde predominan especies frondosas, especialmente castaño, y de cuya tala se espera obtener 3.700 toneladas de madera que se convertirán en 3.000 toneladas de astillas para consumo en calderas.

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