José Fernández dirigía entonces, y dirige ahora, el Instituto de Enseñanza Secundaria Bernaldo de Quirós de Mieres. Asegura que el accidente de Nicolasa "fue la última gran tragedia minera; estábamos asustados e impotentes, aunque lo peor fue el dolor que se generó después". Fernández señala que, entre el alumnado, "sí teníamos algún chaval con familiares afectados por el suceso, por eso lo vivimos con ese dolor". El responsable docente, al igual que otros muchos mierenses, se enteró de madrugada: "Me llamaron por teléfono y me dijeron que había habido un accidente, pero que no se sabía más. Recuerdo sobre todo la preocupación, porque tenía familia trabajando en la mina".
