¿Qué pasa cuando dejas de ser niño? El dramaturgo, escritor, actor y director Maxi Rodríguez busca la respuesta con su nuevo trabajo teatral: "Crecer". El libreto de la obra, que se estrenará mañana en el teatro de La Felguera (20.15), ganó el V Certamen Iberoamericano de Teatro Infantil y Juvenil de Bilbao. Estuvo años en el cajón y hoy sube al escenario. La puesta en escena, bajo la dirección de Rodríguez -colaborador de LA NUEVA ESPAÑA-, corre a cargo de "Callejón del Gato Producciones" y Teatro Jovellanos. La protagonista es una joven de dieciséis años, pero no habrá en el escenario ni princesas ni vampiros. Sí estarán esas dudas que asaltan cuando llega la madurez. Es una obra para todos los públicos, especialmente recomendada para padres confusos de adolescentes atónitos. Maxi Rodríguez promete risas, hasta que la mueca se congele con un final que hace pensar. Una historia que toca.
-¿A usted le dolió crecer?
-Crecer duele, aunque nos hacen creer en una vida sin dolor. Yo me siento igual de crío que siempre, quizás porque me he dedicado siempre a este 'mundo'. Tengo un sentido lúdico de la vida y me muevo mejor en la ficción.
-¿Esta obra es su historia?
-La mía y la de muchos. Cada vez veo más "Peter Pan", con unos hijos que son padres y que se sienten desamparados. Estoy rodeado de cuarentones inmaduros. No sabemos qué hay que hacer, qué priorizar ni qué decisiones tomar. Cuando se pone el punto de vista en un crío que espera respuestas, es curioso. El arranque de la obra sí es una historia real, pero sólo eso.
-¿Puede desvelar esa primera escena?
-El arranque se me ocurrió con la historia de una amiga mía. Ella estaba saliendo con un tipo que se marchó cuando se quedó embarazada. Después de quince años, recibió una carta con un DVD para presentarse a su hijo. De esa idea surgió una ficción teatral muy interesante y conmovedora, quizás también con un toque de amargura, que no tiene nada que ver con la realidad de mi amiga.
-¿Por qué dejó el libreto de "Crecer" en el cajón durante años?
-A estas alturas del partido de mi profesión, no me tiro el rollo dando un sentido a cómo discurre mi carrera. Lo que ocurre es que es difícil que tú decidas cuándo tienen que surgir los encargos. A veces surgen trabajos, o trabajas con un pie forzado. Hay gente que reinventa y repiensa como si tuvieran la posibilidad de elegir. Yo mentiría si dijera que elijo lo que quiero hacer en cada momento. No. Llevo viviendo de esto toda la vida y los proyectos tienen un tiempo que tú no decides. Yo tenía muchas ganas de poner sobre escena "Crecer", y surgió ahora. Pero porque se dieron una serie de circunstancias; la compañía se enamoró de la obra y yo me enamoré de la idea de la compañía. Casi nunca se manda en los tiempos de tu carrera, al menos en esta profesión.
-Cine, televisión o teatro, ¿con cuál se queda?
-Tengo clarísimo que el teatro es mi casa. Es lo más artesano, menos mediatizado. Es donde controlas más el producto y donde tienes más. En la tele hay muchos factores que intervienen y, a veces, pueden llegar a desvirtuar tu historia y tu trabajo.
-Promete risas y reflexión en "Crecer", ¿qué emoción cuesta más arrancar al público?
-Lo importante es llegar al público. Luego hay tantas percepciones como espectadores. No me gusta la risa gratuita, me mueve la risa reflexiva. Es lo que me parece más difícil. Me gusta el humor para contar cosas que hay debajo y que están pasando.
-Estreno nacional de "Crecer" en La Felguera, ¿cómo sienta jugar en casa, en las Cuencas?
-Estoy encantado de estrenar en La Felguera. Lo que sí me gustaría es que se divulgaran por igual los actos culturales que se hacen aquí que los que se hacen en Oviedo o Gijón. Me gusta contribuir a la "vidilla" que tienen las Cuencas, estoy deseando estrenar aquí.
