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La evolución en cifras de la actividad extractiva

La minería perdió en la última década más de la mitad de su plantilla y de su producción

El sector del carbón empleaba en 2005 a 8.300 personas y producía 12 millones de toneladas, por los 3.000 trabajadores y 3 millones en 2015

Mineros en el pozo Santa Cruz de León, hoy ya cerrado, en una protesta en 2012. FERNANDO RODRÍGUEZ

El paso del tiempo ha desgastado el musculoso brazo del sector minero hasta dejarlo casi en los huesos. En 1985, el carbón aglutinaba en España a más de 220 empresas y a más de 50.000 trabajadores. Ahora, apenas se han salvado un de cada seis puestos de trabajo. En la última década, las cifras evidencian la gran caída. Si en 2005 había algo más de 8.000 trabajadores, hoy apenas quedan 3.000. Si se producían 12 millones de toneladas, hoy son poco más de 3. El carbón español está al borde del abismo.

La reconversión industrial, a través de los planes de la minería y las prejubilaciones hicieron parte del trabajo. Los últimos años, completaron la obra las administraciones. Primero la Europea, estableciendo un plan de cierre y decretando el fin de las ayudas a la producción en 2018. Y luego la estatal, incumpliendo los pactos alcanzados con los sindicatos en materia de subvenciones e incentivos.

Desde 2010, las regulaciones de empleo, los despidos y los cierres de empresas han sido un goteo constante. Los más afectados han sido los trabajadores de las subcontratas, que han visto como poco a poco iban saliendo del sector. Pero la crisis ha llegado ya a las empresas matrices. De hecho, Minas del Bierzo Alto, una de las compañías que aún opera en León, despedía a más de medio centenar de trabajadores de su plantilla el último día de 2015.

La evolución de plantillas, empresas y producciones desde mediados de los años 80 refleja la imparable caída de un sector que no solo ha tocado fondo, sino que lo ha perforado. A finales de 1.985, poco antes la admisión de España dentro de la Comunidad Europa del Carbón y del Acero (CECA), el sector minero contabilizaba 221 empresas, 50.835 trabajadores y una producción anual cercana a los 22,5 millones de toneladas de carbón.

La normativa de ayudas y precios aplicada a raíz de la entrada en la CECA provocó que en apenas 8 años, el sector nacional se redujese en más del 50% en lo referente al número de empresas y en un 40% en empleos. Así, en 1.993, en España se contabilizaban 105 compañías mineras y 30.016 trabajadores. La producción no se resintió tanto, aunque se quedó en 18,2 millones de toneladas de carbón. Los siguientes cuatro años, con numerosos ajustes y con la entrada ya del concepto de reindustrialización y reactivación de las comarcas mineras en Europa, el sector del carbón siguió adelgazando.

Antes de la entrada del primer plan del Carbón en España (1998-2005), la situación de la minería estatal reflejaba una plantilla total de 24.500 trabajadores y 18 millones de toneladas de producción. El Plan recogía una remodelación del sector que fue muchísimo mayor del esperado. Sobre el papel, el pacto entre sindicatos y Gobierno fijaba que al final de la hoja de ruta, en 2005, el sector debía tener 17.500 mineros y una producción de 13 millones de toneladas. Nada que ver con la realidad. El balance se cerró con 8.310 trabajadores en activo en el sector y con una producción de 12,3 millones de toneladas.

Así se llegaba a la negociación del segundo plan minero (2006-2012). El objetivo era corregir las desviaciones que se habían producido en el anterior plan. Sin embargo, pese a que lo firmado recogía que en 2012, la producción fuera de 9,2 millones de toneladas y la plantilla de 5.302 trabajadores, nada se volvió a cumplir. A finales de 2011, la minería apenas empleaba ya a 4.400 trabajadores y producía 8,5 millones toneladas de carbón.

La decisión de la UE, en 2010, de suprimir las ayudas a la producción de carbón a las empresas no rentables, y la condición de devolver las subvenciones a aquellas que quisieran continuar más allá de 2018 pusieron el sector patas arriba. Además, el PP ganaba las elecciones en noviembre de 2011, y desde ese momento, la minería española viviría, hasta hoy, momentos críticos.

Especialmente duro fue el año 2012. Los sindicatos acusaban al Gobierno de incumplimientos en el plan, de falta de pago de ayudas, y de llevar al sector al cierre. Hubo una huelga de dos meses, se organizó una gran marcha entre las cuencas mineras de Asturias, León y Aragón, que confluyó en Madrid. Sin embargo, la situación seguía prácticamente igual. Al finales de 2013, cuando se tenía que negociar el nuevo plan del Carbón, el sector de la minería en España lo formaban 15 empresas, con una plantilla de 3.279 personas y la producción era ya de 4,37 millones de toneladas.

Los dos últimos años han sido un auténtico calvario. Empresas de la talla de Coto Minero Cantábrico se vieron abocadas al concurso de acreedores. Los ERE en otras como la Hullera Vasco Leonesa, Alto Bierzo o Uminsa fueron prácticamente constantes. Los retrasos en los pagos de ayudas y la falta de un comprador para el carbón extraído han dejado en la mínima expresión al sector minero español. La minería del carbón en España estrenaba 2016 con una decena de empresas en activo, y una plantilla de en torno a 3.000 trabajadores, el grueso de los mismos, bajo el paraguas de la pública Hunosa. La producción apenas supera los 3 millones de toneladas. Pero carbón se sigue consumiendo. España importó el pasado año más de 18 millones de toneladas. Sumados a los 3 millones propios, la producción se acerca a la de 1985. Tres décadas después, el consumo sigue siendo el mismo, el origen, diferente.

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