Melodías y versos fueron los protagonistas absolutos del acto organizado por "Cauce del Nalón" con motivo de la presentación en Langreo de "Un roce al paso", la última obra de Carmen Sánchez. La Casa de la Buelga de Ciaño fue el escenario escogido para la velada poética, que contó con la colaboración del Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas y del Ayuntamiento de Langreo.

Paula Rodríguez, de "Cauce", plasmó la trayectoria de Carmen Sánchez y la definió como "una catedrática de Biología, que además escribe poemas llenos de sensualidad y que tratan temas tan cotidianos como el dolor, el amor o la pérdida". El también poeta José Parejo glosó la obra y aseguró que "su lectura me ha hecho evocar una pintura impresionista de Renoir, la música emocional e intensa del Bolero de Ravel y la imagen de varios triángulos con vértices de mujer".

"Un roce al paso" es la primera obra en solitario de Sánchez, miembro de los grupos poéticos "Encadenados" y "Versos libres". Si bien muchos de sus poemas están en recopilaciones colectivas, hasta la fecha "no me había atrevido a publicar sola". Por eso, quiso agradecer "el apoyo de muchas personas, y amigos, entre ellos José Parejo y Julio Obeso, que además ha prologado el libro con un texto precioso".

Según Sánchez, el poemario "se estructura en tres partes bien diferenciadas" y "no tiene hilo conductor, si acaso y como mucho, el eje sería el deseo, no solo el sexual, sino el de vivir, aprender, soñar o sentir". También explicó que "la obra está ilustrada con cuatro sanguinas preciosas obra del artista gijonés Kiker Rodríguez". La escritora no dudó en hablar de su innata pasión por las letras y contó, divertida, que durante muchos años "lo único que escribí eran informes de inspección de enseñanza como autoridad pública que compaginaba con poemas íntimos que terminaban en un cajón y que fui recuperando poco a poco".

Sobre el escenario también estuvieron Joaquín de la Buelga y Ricardo Alperi, de "La caravana del verso". De la Buelga puso voz y pasión a varios poemas y Alperi hizo lo propio con su guitarra primero y con las grabaciones seleccionadas para acompañar a los versos a continuación. "Mariposas Rojas", escrito "en homenaje a las mujeres víctimas de la violencia de género" y magistralmente recitado, en esta ocasión por la propia autora, puso el broche de oro a un acto en el que triunfó un "menage a trois" (o triángulo, siempre el triángulo) perfecto de emoción, letras y música.