La parroquia de Nembra está dispuesta a compartir al beato Jenaro Fueyo. Los feligreses alleranos ven con buenos ojos que una parte de las reliquias del religioso -primer sacerdote asesinado en la Guerra Civil que será beatificado por la Iglesia- reposen para su veneración en la iglesia de Congostinas (Lena), cerca de su pueblo natal. "Comprendemos la reclamación de los vecinos y compartiremos su petición ante el Arzobispado", aseguró ayer Enrique Iglesias, párroco de la localidad allerana.
Jenaro Fueyo nunca cortó los lazos que le ataban a su tierra natal. Nació en Linares, a unos pocos kilómetros de Congostinas. En el empinado pueblo lenense, aún se conserva la casa de piedra en la que se crió. Fue ordenado en 1887 y ofició su primera misa en el pequeño y bonito templo de Congostinas, dedicado a la Virgen del Rosario. Un llamativo retablo encuadra el altar. Es una pieza que encargó trasladar Jenaro Castañón Díaz, tío de Fueyo y canónigo de Covadonga.
La inquietud de Jenaro Fueyo por compartir con la comunidad la fe que sentía, le llevó hasta Nembra. Allí desarrolló buena parte de su labor como párroco y encontró la muerte. En 1936, fue asesinado junto a los mineros Segundo Alonso e Isidro Fernández y el joven estudiante Antonio González. Los cuatro formaban parte del grupo local de la Adoración Nocturna, una reunión que permitía dedicar una noche al mes a la oración. Los apresaron y les torturaron hasta su muerte, según los testimonios de la época. "Son las víctimas del yihadismo de la época", destacó Enrique Iglesias.
Fueron nombrados mártires y, el próximo 8 de octubre, darán un nuevo paso hacia la canonización: su beatificación. El cardenal Angelo Amato, de la Congregación para las Causas de los Santos, oficiará el acto en la Catedral de Oviedo. También estarán los obispos de la archidiócesis de Santander, Astorga, León y Oviedo. El proceso para su beatificación ha sido, para familiares y vecinos, muy largo, con más de dos décadas de espera.
Exhumación
Los restos de Jenaro Fueyo, Segundo Alonso e Isidro Fernández reposan en la iglesia de Nembra. Los del joven Antonio González nunca se encontraron porque, según narran los vecinos, pudo ser arrojado a un pozo minero que entonces tenía actividad. Para los tres primeros, la Iglesia ya tramita una exhumación que permitirá guardar las reliquias para su adoración. Estaba previsto dejarlas en Nembra, pero Enrique Iglesias ya ha aceptado que una parte de los restos de Fueyo vaya a Congostinas. "No se nos había ocurrido pero, tras escuchar a los vecinos, consideramos que es lo más lógico", afirmó el sacerdote.
Los familiares reclamaron una parte de las reliquias porque "dio mucho por su pueblo, siempre tuvo aquí su familia y su casa". La parroquia lenense organizará un acto en su memoria el 23 de octubre, según informaron desde la asociación de vecinos, al que esperan que acudan representantes políticos y eclesiásticos. Así volverá Jenaro Fueyo a Congostinas. Unas semanas antes de su muerte, al estallar la Guerra Civil, había solicitado al Arzobispado retornar a la parroquia de Congostinas. La carta estaba enviada cuando lo mataron.
