Lleva apenas tres semanas abierto, desde su transformación en refugio de montaña, y el parador de Brañagallones no para. Más de 120 visitantes se han alojado ya en el remozado equipamiento y la ocupación está garantizada durante el próximo mes, con sus 41 plazas reservadas para los fines del semana hasta mediados de noviembre. "Las cosas está funcionando bastante bien, con los fines de semana al completo y una ocupación más limitada a lo largo de la semana. También está pasando bastante gente a conocer el refugio, para interesarse por cómo ha quedado e informarse sobre el alojamiento", indica José Manuel Prado, guarda de Brañagallones.

La Federación de Montaña, Escalada y Montañismo de Asturias se ocupa de la gestión de la instalación desde el mes pasado, tras el fracasado periplo de Brañagallones como hotel de montaña. El Principado desembolsó 50.000 euros para adaptar el equipamiento como alojamiento de senderista y montañeros, ampliando su capacidad, gracias al uso de literas, hasta las 41 plazas. Según el convenio, el Gobierno regional se ocupará de las obras necesarias que excedan al mantenimiento habitual, mientras la Federación se hace cargo de la gestión por un plazo de diez años prorrogable.

"Falta por instalar un tercer generador que sirva de apoyo a la instalación principal porque el consumo de energía que tenemos es bastante elevado, pero ya estamos funcionando plenamente y, de momento, las sensaciones son muy positivas", esgrimió el guarda de Brañagallones, que cimentó sus impresiones con las alentadoras cifras de ocupación. "Desde que abrimos, los fines de semana han estado al completo y hay reservas confirmadas para que esa tendencia se mantenga hasta mediados de noviembre, por ahora".

Las habitaciones del refugio no tienen número, sino nombre de picos emblemático del entorno como "Xamoca", "Cabeza L'Arco" o "Cantu del Oso", y están distribuidas en espacios para cuatro, cinco y seis personas La intención de los responsables del refugio de montaña es mantener abierto el equipamiento de forma continuada. "En invierno pueden realizarse en el entorno travesías con raquetas que también pueden atraer a gente. La idea es aprovechar la instalación lo máximo posible y captar aficionados de actividades diversas que pueden hacerse en la montaña".

Cambios

El primitivo refugio de cazadores de Brañagallones cambio de uso a finales de la década de los años noventa. En 1997 se hizo una remodelación completa, pero no sería hasta agosto de 2005 cuando el Principado firmó un contrato de explotación con la empresa Inversiones Lujasa. El inmueble fue acondicionado para albergar un hotel con una categoría de tres estrellas. Sin embargo, la oferta como parador no llegó a despegar. El equipamiento sólo estuvo abierto cuatro años, hasta 2009, lastrado por la escasa demanda de visitas y por los desperfectos que cada invierno se detectaban en la instalación.

El Principado, como propietario del edificio, no pudo rescindir el contrato a pesar de que el parador estaba cerrado. Finalmente, hubo que esperar hasta la extinción del compromiso con los adjudicatarios de la gestión, a finales del año pasado, para que se retomaran las negociaciones con la Federación de Montaña.