Afirma Arturo Gutiérrez de Terán, arquitecto, técnico urbanista y actual director de la Fundación Estudios Calidad de la Edificación Asturias (FECEA) que "hablar de ciudades sostenibles no es un capricho sino un imperativo". Esta fue una de las ideas que expuso como ponente de la última conferencia del ciclo "Patrimonio y sostenibilidad. Un reto para el siglo XXI". El encuentro, celebrado en la Casa de La Buelga, estuvo organizado por la Asociación Cultural "Cauce" y la Universidad de Oviedo, con la colaboración del Ayuntamiento de Langreo y el Club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas. La charla llevó por título "Ciudades sostenibles" y contó con la presentación de Aladino Fernández, coordinador del ciclo y doctor en Geografía, que glosó la trayectoria profesional del conferenciante.

Si hablar de ciudadaes sostenibles no es un capricho, según el ponente, "hablar de sostenibilidad no es una tarea exclusiva de quienes se dedican a la edificación, ya que se trata de una realidad que está por encima de nosotros". Una ciudad sostenible, continuó, debe atender de manera prioritaria el manejo de los recursos naturales, la mitigación de gases efecto invernadero y otras formas de contaminación. También "debe perseguir la minoración y adaptación a los efectos de cambio climático". Y es que, según expresó el arquitecto, "es vital que nuestras ciudades se empiecen a transformar para conseguir un consumo mínimo de energía, ya que el calentamiento global es un hecho cierto y eso es responsabilidad de todos". Se mostró sumamente crítico "con la burocratización excesiva que propician tanto las normas como los técnicos" y señaló que "a veces se recurre muy fácilmente a argumentos falsos e impalpables, como el mantener que las incineradoras matan, cuando en toda Europa hay unas cuantas en las ciudades, incluso en pleno centro de las mismas". Gutiérrez reivindicó la necesidad de que haya protestas ciudadanas cuando se cree que ciertas actuaciones van a ser perjudiciales para el entorno "pero siempre que antes del debate se de toda la información y las manifestaciones no estén dirigidas por intereses políticos". Igualmente, puso de manifiesto la imperiosa necesidad de "dejar de ir en coche hasta al bar" y mencionó como ejemplo, "el conflicto que se creó en Cudillero cuando se propuso hacer el aparcamiento que hay en la actualidad y no permitir la entrada de coches en el pueblo" o "cómo se consiguió peatonalizar el centro de Oviedo, a pesar de las reticencias iniciales". Como ejemplo a seguir puso la ciudad de Vitoria, considerada la ciudad verde de Europa por excelencia, en la que "se ha creado un cinturón verde alrededor de toda la ciudad y se ha hecho posible que se pueda rodear la ciudad caminando, cuestión que llevó veinte años. Es la prueba de que si se quiere, se consigue"

Gutiérrez enfatizó que "si queremos llevar a cambio grandes cambios que hagan nuestras ciudades verdaderamente sostenibles, es necesario dejar de lado los individualismos" y se mostró convencido de que "si las ciudades son el lugar donde trabajamos, amamos y vivimos, es labor de toda la sociedad hacerlas un lugar mejor". Para finalizar, mencionó un libro: "Ciudades para un pequeño planeta" de Ricardo Rogers. Según destacó, versa sobre esa idea de que solo a través del planeamiento sostenible podremos proteger la ecología de nuestro planeta y muestra la necesidad de que "se creen ciudades dinámicas que respeten tanto a los ciudadanos como al medio ambiente".