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El futuro de un valioso bien patrimonial de la comarca

Vecinos de Lena se movilizan para salvar las pinturas del santuario de Bendueños

La restauración del mural del camerín, uno de los pocos del Barroco que hay en Asturias, ya está proyectada, con un presupuesto de 60.000 euros

Detalle de las pinturas en el camerín del santuario. SILVEIRA

Llamada de auxilio para rescatar un bien patrimonial de la comarca. La asociación "Vindonnus", impulsada por vecinos del concejo de Lena, busca fondos para salvar las pinturas del camarín del santuario de Bendueños. Datado en el siglo XVIII, es uno de los pocos murales del Barroco que se conservan en Asturias porque entonces trabajaban más con retablos. Ya manejan un proyecto de restauración, redactado por Carlos Nodal, y presupuestado en 60.000 euros. La entidad ha iniciado una movilización social que incluyó una visita al santuario durante las I Jornadas del Patrimonio Cultural de Lena.

El arquitecto David Ordóñez es el presidente de "Vindonnus". Pocos sabían de ese valioso mural hasta que él, en compañía de Xulio Concepción, lo conoció. "Me pareció único, algo por lo que tenemos que luchar", afirmó. Formó la asociación y buscó apoyos. Logró la implicación de otros expertos como la historiadora Rosa Campal y el restaurador Carlos Nodal. "La verdad es que ha habido una buena respuesta social, pero necesitamos la implicación de las Administraciones para alcanzar nuestro objetivo", reconoció Ordóñez.

El proyecto que ha redactado Carlos Nodal se divide en dos fases. La más urgente, la de consolidación, requiere una inversión de 30.000 euros. "Es necesario y urgente trabajar en la conservación de los elementos que aún tenemos", señaló el restaurador. El estado de la pared dicta un tiempo de trabajo a contrarreloj: "Se está cayendo por la humedad y por la falta de acondicionamiento a lo largo de los años", señaló el experto. El proyecto recoge una segunda fase, la de limpieza y reparación, también presupuestada en 30.000 euros: "Consistiría en limpiar las partes de la pintura que se han visto dañadas y puedan ser reparadas e intentar la recuperación de algunos elementos que se han desdibujado, pero siguen ahí", señaló.

Queda poco de lo que fue la pintura original. El camarín estaba reservado para los religiosos y los nobles, así que pocos podían acceder a esa sala del santuario de Bendueños. El objetivo del mural, destacó Ordóñez, era que "las personas que lo miraran se sintieran sobrecogidas, como en un lugar único". El conjunto es una representación cósmica, desde el inframundo hasta la bóveda celestial: desde la parte más baja de la pared hasta el techo. Toda la representación de la bóveda celestial se ha perdido.

Lo que aún se conserva, refleja una representación única en la región. "Hay distintas escenas con motivos de clara alusión litúrgica", señaló el arquitecto. Es el caso de las uvas, la sangre de Cristo. También hay flores, plantas y pájaros exóticos. En la mitad superior, aparece un conjunto de imágenes de santos. Todos los santos que se pintaron son conocidos en la historia de la Iglesia por su amplio conocimiento teológico: San Jerónimo, San Ambrosio, San Francisco y Santo Tomás. Hay más figuras, pero el deterioro del mural las hace irreconocibles. El misterio de la pintura del santuario de Bendueños es una serie de escenas que parecen aludir a tradiciones indígenas.

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