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El gobierno de Aller ya alertó a Fomento sobre los pernos del Corredor

Llega el invierno y la vista está puesta en la carretera de San Isidro. Con la llegada de la nieve, el tráfico se multiplica en la vía porque es el principal acceso a las estaciones de esquí de Fuentes de Invierno (Aller) y San Isidro (León) desde Asturias. Esta temporada, aún habrá más movimiento: los transportistas eligen el puerto allerano para acceder a las térmicas de la Meseta, ante el mal estado de la carretera de Tarna. Es por eso que las reivindicaciones sobre la seguridad de la vía se recrudecen. Desde Cesintra (una de las principales patronales del transporte en Asturias), exigen medidas para evitar los desprendimientos de nieve y piedras sobre el firme.

Es un problema que lleva décadas sobre la mesa y el Gobierno regional ha tomado medidas. En 2009, la Consejería de Fomento, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente (entonces Consejería de Infraestructuras) instaló tres viseras antialudes y vallas metálicas. El proyecto supuso una inversión de 948.000 euros y se ejecutó entre los kilómetros 20,9 y 21,5 del puerto, entre Puente Cimero y Riofrío, la zona "más conflictiva" de la calzada. El objetivo era garantizar la seguridad del tráfico, muy especialmente durante el invierno (se estima que pasan por la vía una media de 30.000 vehículos al día durante la campaña de esquí). Aún con estas mejoras, siguen ocurriendo accidentes. En 2013, dos familias de turistas quedaron atrapadas entre dos aludes durante seis horas. Tuvieron que ser rescatados en helicóptero.

Los conductores y los turistas consideran que las medidas tomadas hasta el momento "no son suficientes". Una afirmación a la que ahora se suman los transportistas: "Consideramos que cualquier incidencia que afecte a los conductores de coche será aún más acusada por los camiones", señaló Alejandro Monjardín, presidente de Cesintra. El portavoz de la patronal de transportistas destacó que "está claro que faltan viseras u otra medida de protección para evitar los aludes de nieve y los desprendimientos". Estos obstáculos en la calzada, añadió, "pueden resultar fatales para los conductores".

El firme de la calzada está en buenas condiciones. La Consejería de Fomento contrató, con 681.805 euros, una reforma integral el año pasado. La actuación también incluyó la renovación de señales horizontales y verticales.

Los transportistas no tienen ninguna otra reclamación sobre la vía, pero piden a la Administración regional "que no baje la guardia". "El problema de la región no es sólo la falta de actuaciones, sino también la ausencia total de mantenimiento cuando las carreteras están relativamente bien", afirmó Monjardín. Es por eso que reclama al Principado que "no baje la guardia" y que escuche las peticiones de los conductores: "Ellos son los que mejor conocen las carreteras y sus necesidades", sentenció el portavoz de los transportistas.

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