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Operación chatarra en Murias

El viejo hospital de Mieres queda definitivamente vacío con la retirada de decenas de toneladas de material de desecho como sillas y camas

Material amontonado en uno de los frentes del inmueble. FERNANDO GEIJO

Operación chatarra. El viejo hospital de Mieres está inmerso en la que será la última intervención que acoja para desligarse por completo de su todavía reciente pasado como centro sanitario. Decenas de toneladas de material de desecho, como sillas, estanterías, mesas, camas y otros utensilios están siendo retirados de los edificios que integran este complejo. Con esta actuación el inmueble se quedará totalmente vacío tras un proceso de desalojo que arrancó hace ya más de tres años con el traslado de la actividad médica a Santullano.

En mayo de 2014 se trasladaron los pacientes del viejo hospital de Murias al de Santullano. A principios del año pasado se reubicó el archivo, el último servicio que permaneció activo en las viejas dependencias. Así, a finales de 2016, la Consejería de Sanidad comenzó a retirar el mobiliario que aún permanecía en el interior del complejo. Gran parte de los numerosos enseres que no fueron en su momento trasladados al nuevo hospital de Santullano fueron cargados en camiones de mudanza y, en buena parte, se distribuyeron por los centros de salud de la comarca. El largo proceso de "jubilación" culminó hace unos meses con la subasta de los equipos de mayor valor tecnológico, como, por ejemplo, viejos escáneres.

Tras un largo operativo, en Murias ya sólo quedaban materiales sin valor de uso, chatarra. Así, ahora se está procediendo a su retirada y traslado a las instalaciones de la Consorcio para la Gestión de los Residuos Sólidos de Asturias (Cogersa). La actividad en el viejo hospital de Murias es intensa estos días. Varios camiones se cargan cada poco tiempo con los materiales de desecho. Hay de todo: sillas, tableros, estanterías, bandejas, mesas, cuadros... En principio, a finales de semana concluirán las labores. Será entonces cuando el edificio quede oficialmente vacío. Y también será entonces cuando el Principado tenga que tomar una decisión sobre el mantenimiento del servicio de seguridad que desde el cese de la actividad sanitaria se encarga de custodiar las instalaciones. El Principado ya informó en su momento al Ayuntamiento de que, una vez quedara el inmueble sin actividad, procedería a tapiar todos los accesos para evitar robos y actos vandálicos. Ahora bien, los propios profesionales reconocen que esta medida será ineficaz para evitar el pillaje, ya que siguen habiendo muchos materiales de valor , como cobre.

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