En plena crisis del sector, entre despidos, cierres y polémicas, las únicas buenas noticias para la minería de carbón llegan desde Lena. Concretamente, desde el monte del Mofusu (próximo al alto de La Cobertoria). Allí acaba de empezar la actividad en Mina Julita, una explotación que guarda reservas de hulla coquizable: carbón apto para su transformación en coque. Tras casi una década de trámites, ocho mineros sacan ya el mineral que prevén comercializar desde el próximo mes. Cuando esté a pleno rendimiento, la explotación generará cincuenta empleos directos.

"Estamos muy contentos, satisfechos y trabajando duro", afirmó ayer Aitor González de la Riva, ingeniero y uno de los promotores de la iniciativa. No ha sido un camino fácil. Casi una década ha necesitado la sociedad de empresarios para conseguir todos los permisos necesarios. En 2009, en plena crisis, anunciaron el proyecto: acceder a las capas de mineral de Mina Julita, con unas reservas estimadas en 1,3 millones de toneladas.

Hubo dudas y alguna polémica. Los ecologistas se preguntaban si esta explotación saldría rentable, Ayuntamiento de Lena y el Gobierno del Principado tuvieron un cruce de acusaciones por el retraso en la tramitación. El último permiso llegó a finales de 2016. Todo listo para acceder al carbón de Mina Julita, con bajos contenidos en azufre y fósforo y, por tanto, demandado en países emergentes como China. De la Riva afirmó ayer que los potenciales clientes de Mina Julita "están en el campo de la metalurgia y la siderurgia". "Es una mina con grandes perspectivas, siempre que se optimicen los recursos", añadió.

Un mejor aprovechamiento de los recursos que consiguen con un viaje al pasado. El método de explotación supone la vuelta a la minería tradicional. El proyecto consiste en abrir varias bocaminas a lo largo de la ladera y acceder así a las capas verticales de carbón. Hay pocas máquinas, usan martillos mecanizados para extraer el mineral. La explotación comenzó hace unos días y la meteorología, de momento, acompaña.

La nieve y la lluvia condicionaron la apertura de Mina Julita. Aunque la explotación obtuvo todos los permisos ya el año pasado, los promotores tuvieron que esperar unos meses para acometer la reparación de accesos y abrir las bocaminas sin inclemencias meteorológicas. Ahora ya no pararán. José Antonio Iglesias, de Coto Minero de Lena (sociedad de empresarios que impulsa la actuación), afirmó que en dos años "podremos alcanzar una producción anual de 50.000 toneladas". "Es un proyecto duro, la mina siempre es dura, pero también ilusionante", afirmó el empresario.

La reapertura de Mina Julita sembró ilusión en el concejo de Lena ya en 2009, con el anuncio de la reapertura. Desde entonces, la empresa ha recogido más de mil solicitudes de empleo. La mayoría de trabajadores del sector que han perdido su empleo en subcontratas. La plantilla final de Mina Julita puede crecer en función del incremento de la producción pero de momento se han marcado un máximo de medio centenar de trabajadores.

Esos son los empleos directos. Los promotores de la reapertura de Mina Julita señalan que este proyecto supondrá "un impulso" para el concejo de Lena, especialmente para los sectores de hostelería y servicios: "Esperamos crecer rápido y que pronto se note la presencia de la empresa en el municipio", afirmaron ayer, durante el descanso de la comida, al pie de la bocamina del Mofusu.