La Federación Nacional de Empresarios de Minas de Carbón (Carbunión) denunció ayer la situación "crítica" que están atravesando las empresas mineras productoras de carbón. La patronal señala dos culpables de la deriva del sector, el Gobierno central y las eléctricas. El primero, por los sucesivos incumplimientos del último plan de la minería, así como del plan de cierre de explotaciones. Los segundos, por negarse a comprar carbón para alimentar sus centrales térmicas.

"La falta de un suministro sostenido de carbón autóctono a las centrales térmicas por la mayor parte de las empresas productoras, debido a no haberse firmado los oportunos contratos con las empresas eléctricas en los últimos tres meses, está teniendo como consecuencia directa la parada de la producción de carbón en la mayoría de las explotaciones españolas", aseguraban ayer desde la patronal minera española. Sin embargo, la participación del carbón en la generación eléctrica se ha incrementado este año en un 43 por ciento al no poder ser atendida la actual demanda energética por las tecnologías renovables, cuya participación en la generación eléctrica descendió un 23 por ciento. Estos datos, que cita la patronal, fueron publicados ayer mismo por Red Eléctrica Española.

Y es que la mayor parte del carbón utilizado para la generación eléctrica, un 85 por ciento, es de importación. Mientras que el restante 15 por ciento pertenece al mineral autóctono, "que además se localiza en la proximidad de las centrales térmicas", apostillan desde Carbunión. Esto se solventaría con la ejecución de los acuerdos alcanzados con el Gobierno central por la patronal, sindicatos, agentes sociales y administraciones autonómicas y locales. Algo que los empresarios de minas de carbón "llevamos reclamando al Ministerio de Energía desde hace ya más de cinco años".

Junto a esta exigencia, también han pedido en reiteradas ocasiones "la puesta en marcha de los mecanismos que permitan la participación y el consumo del carbón autóctono en le mix de generación eléctrica. La patronal aprovechó ayer para reiterar estas peticiones, tanto al Ministerio de Energía como a las empresas eléctricas "para dar sostenibilidad al carbón que se produce en las minas de España".

Las empresas mineras de carbón del país tienen actualmente "gravísimos problemas", lo que ha generado "un conjunto de procedimientos concursales y de liquidación que han tenido como consecuencia directa la afección de los trabajadores con prolongados procesos de regulación de empleo y, en muchos casos, la extinción de sus contratos". De hecho, como aseguraban ayer desde la patronales, "si no se ponen medidas concretas e inmediatas para el suministro de carbón autóctono en las centrales térmicas de León y Asturias, varias empresas se verán obligadas al cierre en próximas semanas". Y no serán las únicas. "Estos cierres y abandonos de la actividad se producirán de forma prematura y no ordenada, con graves consecuencias para el entorno económico y social", subrayan.

La patronal entiende que "nos encaminamos hacia un modelo energético bajo en emisiones, pero creemos que el carbón autóctono debe tener un papel destacado en la transición a ese nuevo modelo energético". Entre las razones que argumenta Carbunión se encuentra la singularidad del mineral "como único combustible autóctono", además de su importancia como moderador de los precios del mercado y su función como apoyo a la garantía y seguridad de suministro.

La petición lanzada ayer por los empresarios del carbón casa con la que hace días atrás se hizo desde la Asociación de Comarcas Mineras (ACOM) tras la reunión de su comisión permanente. La entidad, que agrupa a los ayuntamientos mineros, rechazó el real decreto para el cierre de las centrales térmicas que está elaborando el Gobierno regional. Para ACOM, la continuidad de las térmicas podría ser una salida para mineral autóctono. En el otro lado se encuentran los ecologistas. Entre ellos la ONG Greenpeace que la semana pasada desplazó a una treintena de activistas hasta el parque de carbón del puerto de El Musel, en Gijón, quienes colocaron unas letras gigantes donde se podía leer "No más carbón".