No fue un gran hotel, pero ahora le va muy bien como refugio. El refugio de Brañagallones cerró su primer año completo desde su reapertura con un buen balance de visitantes: en total, se registraron más de 2.000 pernoctas. La mayoría de los visitantes eran asturianos, aunque también pasaron por el equipamiento turistas de Madrid, Levante, Cantabria y el País Vasco. "Estamos muy contentos con el resultado y esperamos seguir mejorando en los próximos años", afirmó José Manuel Prado, guarda de Brañagallones.

El inmueble de Brañagallones se inauguró como hotel de montaña en el año 2005. El Principado firmó entonces un contrato de explotación con la empresa de inversiones Lujasa. Se acondicionó como parador de tres estrellas, pero la idea no llegó a despegar. El inmueble sólo estuvo abierto cuatro años, hasta 2009, lastrado principalmente por los desperfectos que se detectaron un invierno y que no se arreglaron.

Llegó el cierre, que se prolongó hasta septiembre de 2016. La Federación de Montaña, Escalada y Montañismo de Asturias se hizo con la gestión de la instalación y el Principado desembolsó 50.000 euros para adaptar el equipamiento como alojamiento de senderistas y montañeros. El plan, esta vez, está funcionando: "Recibimos a un buen número de turistas durante todo el año, estamos abiertos verano e invierno sin descanso", afirmó el guarda de Brañagallones.

Trabajo con recompensa. El refugio se está convirtiendo en parada casi obligatoria para los montañeros de la zona. "Este es un buen lugar para descansar tras caminata con raquetas o tras hacer una ruta durante la primavera", señaló José Manuel Prado.

"Taxi-tractor"

Los que no pueden o no quieren subir andando están de enhorabuena. El acceso hasta la vega de Brañagallones es muy complicado actualmente: se trata de una pista forestal cuyo paso está restringido para la mayoría de los vehículos. Pero esto está a punto de cambiar. El taxista Rafael Fernández ha conseguido financiación para una original idea: un "taxi-tractor" que unirá Bezanes con Brañagallones. Tendrá unas 25 plazas y, según Fernández, "será como un tren turístico que no va sobre raíles, se asemeja mucho a los que se ven por las ciudades de la costa". La idea consiguió una subvención de 27.000 euros, con cargo al programa "Leader" del Alto Nalón.

En el parador de Brañagallones celebran la iniciativa. "Ayudaremos a Rafael en lo que sea necesario, nos parece una gran idea", afirmó el guarda. Tiene previsto ofertar el servicio a los turistas que acudan a las instalaciones. De hecho, le viene "como anillo al dedo" porque muchos son grupos: "Como tiene capacidad para 25 personas, no será difícil trasladar hasta aquí a los que lleguen a Bezanes en autobús", señaló.