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CARLOS MUÑIZ | Presidente de Amicos y pregonero de la Folixa na Primavera

"Hay una cronificación de la pobreza, de la crisis sólo están saliendo los de arriba"

"En Amicos necesitamos más socios para intentar depender menos de subvenciones y ayudas de las administraciones"

Carlos Muñiz, presidente de Amicos. FERNANDO GEIJO

Nació en Avilés, pero ya es un mierense más. Cambió hace 33 años la villa del Adelantado por la del Caudal y Carlos Muñiz se ha ganado por trabajo y derecho el honor de ser pregonero de la Folixa na Primavera. Médico de carrera y farmacéutico de profesión, hace 9 años asumió la presidencia de la Asociación Mierense de la Cocina Solidaria (Amicos). Llegó para llenar el gran vacío que había dejado el doctor Cardeñoso, y hasta la fecha, el colectivo ha ido creciendo tanto en socios, como en voluntarios como en atenciones. El trabajo de la asociación, personificado en su presidente, ha sido uno de los motivos por los que el Ayuntamiento ha decidido que la apertura de este año tenga tintes solidarios. Y aunque se declara "poco folixero", Carlos Muñiz vivirá este año de forma especial una de las fiestas más importantes del calendario local.

- ¿Cómo recibió la noticia de que le habían elegido para pregonar la Folixa?

-Me llamó Aníbal (Vázquez), y la verdad es que para mí fue una sorpresa. No supe decirle que no, pero luego pensándolo fríamente, me daba un poco de vértigo. Precisamente hablaré un poco de eso, de lo que se me vino a la cabeza en ese momento: un "¿Qué pinto yo dando un pregón de una fiesta?". Luego ya asimilé de que este año se planteó que fuera una persona vinculada al mundo solidario, y en ese sentido ya tengo un poco más de encaje.

- ¿Es un altavoz para las asociaciones sin ánimo de lucro un pregón de una fiesta?

-Es cierto que podemos mandar algún mensaje, pero tampoco sería lógico que un pregón fuese un mitin. Va a ser un pregón corto, intenso. También hablaré de mí, porque igual mucha gente no me conoce.

- Le noto nervioso.

-Sí, para que lo voy a negar. Es una responsabilidad. Y luego supongo que no soy especialmente gracioso ni me considero un gran comunicador. Estás ante la gente y hay un poco miedo al ridículo. En todo caso, que se acuerden de uno para abrir una fiesta de este tipo te da un poco de subidón. Mira que no tiene que haber gente por ahí preparada y se han acordado de mí.

- ¿Es la sociedad mierense una sociedad solidaria?

-Desde luego. Y a lo mejor hay que salir fuera para verlo porque aquí no lo apreciamos tanto. Cuando hablas con gente de otros sitios de Asturias, a estas zonas las consideran muy solidarias, gente de gran corazón, con un movimiento asociativo muy activo y bastante importante.

- ¿Tendrá que ver algo con ese aura de compañerismo que rodea a la minería, con las cajas de resistencia en las huelgas?

-Hombre, la realidad es que todo apunta a que sí. No soy experto, y tampoco tengo la cultura minera: ni soy de Mieres, ni tengo familia minera, ni he mamado toda la minería. Pero sí que es verdad que por lo que he visto y lo que llevo aquí creo que tiene mucho que ver. Esa actividad y esa cultura hace que todo el mundo aporte lo que puede para ayudar a los demás. Ese oficio, el de minero, obliga ya a ser solidario dentro de la mina, y eso se traslada. No creo que la solidaridad sea genética, sino cultural.

- ¿Cómo es la situación actual? ¿Hay brotes verdes?

-Es complicado de analizar. Sigue habiendo necesidad. Nosotros aumentamos este año el número de comidas y la demanda, pero no se explicar muy bien porque. Tenemos una teoría, y es una cronificación de la pobreza, en el sentido en el que las cifras macroeconómicas dicen que estamos saliendo de la crisis, pero solo lo hacen los de arriba. Las personas que están muy abajo les cuesta mucho salir de esa pobreza. Hay veces que salen del comedor, y vuelven a entrar... Yo creo que se está cronificando, y el que está en la parte baja de la escala parece que no es capaz de salir de la crisis.

- ¿Hay alguna solución para descronificar esa pobreza?

-La solución es un mejor reparto, pero la fórmula para llevarlo a cabo no se cual puede ser. Estamos notando que sigue habiendo mucha necesidad y no se muy bien como se puede corregir.

- ¿Qué necesidades tiene la asociación?

-La verdad es que lo que nos gustaría es poder tener más socios, porque de esta manera se depende mucho menos de las subvenciones. Ahora mismo somos unos 285, y nos gustaría incrementar ese número.

- Para Amicos, el año 2017 fue muy importante con la entrada en servicio del nuevo comedor en Santa Marina.

-La verdad es que era un reto y ha salido bien. Íbamos a hacer una inversión muy grande, queríamos hacerla bien, y necesitábamos fondos. Tuvimos suerte, tuvimos financiadores y salió todo bastante bien. Dimos un paso pero hay que seguir dando más. El reto ahora es mantener ese nuevo comedor. El mayor problema que tenemos este tipo de asociaciones como la nuestra es que no tenemos garantizada la financiación. Hay que estar pendientes de subvenciones, de que las hayas, de que no se te pase un plazo.... Se que las cosas son así, pero me gustaría poder contar con un par de financiadores fijos para partir con la tranquilidad de que parte del presupuesto anual -de más de 60.000 euros- lo llevamos cubierto.

- También comenzaron a servir desayunos.

-Sí, pero no tienen tanto éxito como las comidas. No se muy bien porque, pero yo creo que es por el horario, por madrugar. Es de nueve a nueve y media, y seguramente sean los horarios, pero es que no podemos ponerlos más tarde porque las comidas se dan a la una.

- ¿Cuál es el próximo reto de Amicos?

-Se que no es fácil y que no lo lograremos a corto plazo, pero mi ilusión es poder dar más contenido a ese gran local en la placina de Santa Marina que tenemos ahora. Me gustaría dar cenas o meriendas, o hacer alguna actividad más. Pero para eso debemos contratar a gente o ampliar el horario de los trabajadores que tenemos y no tenemos los fondos suficientes para hacerlo.

- Supongo que el sueño final es que hubiera que cerrar el comedor porque no hubiera ninguna demanda.

-La verdad es que sí, pero igual que le digo esto le digo también que es una utopía. No es posible que se de esa situación. La economía puede mejorar todo lo que pueda, pero igual que siempre hay alguien muy rico, siempre hay alguien muy pobre que necesita ayuda. Siempre habrá una proporción de gente que necesite asociaciones como la nuestra.

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