La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Mieres, una amenaza en el Camino

Los peregrinos afirman que el tramo que une Ujo y Pola de Lena, que transcurre por una carretera sin apenas arcén, es en la actualidad el más peligroso de toda la ruta jacobea

El paso del Camino del Salvador por Mieres genera anualmente un flujo que, por regla general, supera los 2.000 peregrinos. Muchos no pasan de Oviedo y otros prosiguen hacia Santiago. Llegan de todas partes de España y aproximadamente el 30 por ciento son extranjeros. Cerca de medio millar pernocta en el concejo. El gran problema es que el principal recuerdo que les deja su paso por la comarca del Caudal no son los espectaculares paisajes que ofrece el descenso del Pajares o la hospitalidad que encuentran en la plaza sidrera de Requejo, sino el peligro que perciben cuando transitan por la carretea que une Ujo y Pola de Lena a través de Villallana: "Yo llevo ya más de 120 días andando, sumando todas las rutas vinculadas al Camino de Santiago que he realizado en los últimos años, y no me he encontrado un tramo tan peligroso como éste", apunta el valenciano Luis Medrano. "La verdad es que sientes hasta miedo en algún momento", matiza el riosano Paulino Alonso.

Los peregrinos del Camino de Santiago destacan el valor paisajístico que atesora la comarca del Caudal, sobre todo el tramo lenense que incluye el descenso de la Cordillera por Pajares, con vistas a desfiladeros verdes de los que surgen paredes naturales que se alzan por encima de los dos mil metros antes ojos acostumbrados durante días a contemplar páramos llanos dedicados al monocultivo. El disfrute se acaba cuando el caminante llega a Pola de Lena y pone rumbo a Mieres. Durante varios kilómetros la vieja carretera provincial que pasa por Villallana hace a los caminantes pasar un mal rato. No hay apenas arcén y los coches circulan muy cerca, con curvas cerradas que ofrecen poca visibilidad. Además, estos días en concreto la hierba y la maleza están muy altas, invadiendo el estrecho arcén y empujando peligrosamente a los peregrinos hacia el interior de la vía. "El tramo es peligrosísimo y no vas nada cómodo", apunta el murciano Alfonso Bleda. "Deberían buscar una solución. O bien habilitar un paso alternativo o mejorar la seguridad de alguna manera", subraya Paulino Alonso. Los peregrinos no entienden que en un tramo ya de por sí de alto riesgo no se tomen las mínimas medidas para facilitar un tránsito lo más seguro posible: "Entendemos que ciertas actuaciones pueden conllevar una inversión alta, pero segar la hierba no nos parece que sea muy dificultoso. Desbrozar es sencillo y barato, y al menos daría algo más de margen para alejarse del centro de la carreta", indica Ana Rufas, natural de Bilbao.

El albergue

Tras la angustiosa travesía por la vieja carretera de Castilla, los peregrinos llegan a Mieres con ganas de descansar y conocer la ciudad. En este punto también hay alguna queja. "El albergue está bastante lejos de la zona hostelera y seguro que hay mucha gente que decide no acercarse al centro por pereza", remarca Ana Rufas. Casi dos mil peregrinos del Camino de Santiago pasaron por el albergue de La Peña entre 2014 y 2017. En concreto fueron 1.978 las personas que pernoctaron en las instalaciones, situadas a casi dos kilómetros de los principales ejes peatonales de la ciudad. "Cuando llegas te lo tienes que pensar antes de dar la vuelta para ir a comer o tomar algo al centro. Cuando estas en ruta cuesta mucho desandar lo avanzado", asegura resignado Alfonso Bleda. "Para la hostelería local seguro que sería mucho mejor que el albergue estuviera más próximo al entramado urbano", coinciden en afirmar Paulino Alonso y Luis Medrano. Ahora bien, visitar Requejo y su entorno es una tentación que casi siempre puede con el cansancio. Ana Rufas lo atestigua tras pasar por la plaza: "Con paciencia sidra y vino se hace mejor el camino".

Compartir el artículo

stats