Soliloquio en la antesala de la muerte

Arquitecto, dramaturgo y novelista, al suizo Max Frisch (1911-1991) se le ha situado siempre en el pelotón de cabeza de la literatura alemana del siglo XX. Tratándose de un vagón tan poblado, es innecesario insistir en sus cualidades. El hombre aparece en el Holoceno (1979), que ahora recupera Alpha Decay en la ya clásica traducción de Eustaquio Barjau, adopta la forma de un soliloquio en la antesala de la muerte y, en él, asuntos queridos por Frisch como la soledad, la identidad y el compromiso se tiñen con el agua desvaída de lo postrero. Por fortuna, cuando la memoria empieza a flaquear, empapelar habitaciones con las entradas adecuadas de un diccionario puede ser una manera de no quemar los puentes. Un clásico.

Puntos de fuga hacia lo extraño

Limeño de 1977, el cuentista Yushimito lleva una década siendo jaleado como autor sobresaliente. Sin ir más lejos, Granta lo situó en 2010 entre los 22 mejores escritores jóvenes en castellano. Cumbre de su maduración, los seis relatos alojados en Los bosques tienen sus propias puertas giran en torno a cuestiones como la identidad, la voluntad, el horror que subyace en lo apacible o la imposibilidad de contar historias. Pero eso no son sino guías, porque la clave de estos cuentos es una prosa diáfana al servicio de una imaginación poderosa que sabe descubrir en lo cotidiano los puntos de fuga hacia la extrañeza.

Impresionar y dejar clavado a la silla

Situar a Endo (1923-1996) en el exuberante árbol de la literatura japonesa del siglo XX exige poner de manifiesto, en primer lugar, que es un escritor católico y, a continuación, que se le suele incluir en la tercera oleada de grandes autores posteriores a la II Guerra Mundial. Quienes, además, hayan leído una de sus obras maestras, El mar y veneno, editada por Ático de los Libros en 2011, saben ya que Endo impresiona, clava a la silla y deja al lector preguntándose cómo lo hace. Cuando silbo (1979) gira en torno a dos ejes mayores: la memoria nostálgica de un veterano de guerra y el conflicto moral de su hijo, médico, que se enfrenta a la posibilidad de probar peligrosos medicamentos en una antigua amante de su padre ahora enferma de cáncer. Endo siempre es grande.

Un Crispin más británico que nunca

Los seguidores de las aventuras de Gervase Fen están de enhorabuena. Ha llegado la tercera entrega de la saga, un caso donde los asesinatos y los secuestros, los colegiales revueltos y la aparición de un supuesto manuscrito de Shakespeare obligarán al profesor detective a emplearse a fondo. Tras La juguetería errante y El canto del cisne, Trabajos de amor ensangrentados pone más a prueba que nunca la capacidad de Edmund Crispin (1921-1978) para entretener e intrigar gracias a su depurado humor, su distanciada visión y su capacidad para urdir tramas que es imposible abandonar. Crispin -tal vez no lo sabían- nunca decepciona.