Gijón, Víctor RIVERA

El Sporting visita esta tarde la Tacita de Plata con la sana intención de darle un sorbo a la Primera División. Los de Preciado jugarán sabiendo que necesitan al menos un empate para seguir en puesto de ascenso. Una victoria rojiblanca supondría un espaldarazo casi definitivo a las posibilidades de un Sporting, que ya parece que ha comenzado a creérselo, tal y como pedía su entrenador hace unas semanas. La goleada ante el Sevilla Atlético tuvo un efecto regenerador en la moral del equipo y de su afición. El sportinguismo cree en el ascenso, pero sigue instalado en el prudente optimismo, escamado por experiencias anteriores.

Manuel Preciado no tocará el once que goleó al mejor filial de España. Ni siquiera la intensidad y la puntería que David Barral demostró durante la semana han hecho al técnico reconsiderar su decisión. Mate Bilic se ha ganado a pulso la confianza del técnico y las siete dianas que suma a su generoso trabajo son su mejor argumento. No lo va a tener fácil el gaditano, que esta tarde será suplente en su tierra, para recuperar el puesto en el equipo titular.

Tampoco le ha temblado el pulso a Preciado a la hora de reiterar la confianza en la pareja de centrales formada por Iván Hernández y Jorge. Ni aún a costa de dejar fuera del once a Gerard, que fue el referente de la zaga rojiblanca durante la mayor parte de la competición. El catalán andaba con molestias físicas y el técnico decidió darle descanso. Gerard forma parte de la expedición.

Así las cosas, el técnico repetirá el mismo equipo de la semana anterior, algo no demasiado habitual en Preciado. Míchel y Matabuena, que han mejorado su rendimiento en la misma medida que lo hizo el equipo en los dos últimos encuentros, volverán a formar aquel solvente doble pivote de principio de temporada. Por las bandas, Pedro y Diego Castro parece que se han sincronizado para mostrar su mejor versión en el tramo determinante del campeonato. El equipo lo agradece y ataca de fuera hacia dentro, abriendo el campo.

De los goles se encargan Kike Mateo y Bilic, con Barral como bala de emergencia en la recámara. El mediapunta murciano ha vuelto de su lesión con las pilas bien cargadas por obra y gracia de Lorenzo del Pozo. La calidad ya se sabe que la tiene y, cuando el físico lo acompaña, Kike Mateo se confirma como el jugador más letal de la plantilla. El doblete ante el Sevilla Atlético lo demuestra.

Bilic llegó al Sporting con la maleta cargada de goles y en apenas cuatro meses ya ha firmado cuatro dianas que se han traducido en numerosos puntos para el equipo. Su último gol ante el filial andaluz, el que cerró la goleada, y su celebración torera, demuestran que el croata también sabe hacer trabajos finos.

Con todo estos argumentos y la habitual inspiración de Roberto, se presenta el Sporting en Cádiz para tratar de asaltar el Ramón de Carranza, uno de los campos más míticos del fútbol español. Una empresa acorde al premio que supondría el ascenso.