Avilés, J. C. G.

La derrota ante el Real Oviedo supuso para el Hispano tanto dolor como alivio. Por un lado, el 0-1 de Ferrota condenaba a los verdiblancos al descenso de manera matemática. Por otro, la consumación de la pérdida de categoría actuó como válvula de escape a las tensiones acumuladas durante una temporada más que problemática.

La campaña 2007-08 pasará a la historia del club como una de las más accidentadas de su historia. En lo deportivo, la inexperiencia del grueso del equipo condenó a los verdiblancos en las primeras estribaciones. Por si fuera poco, hasta siete jugadores abandonaron la disciplina del club a lo largo de la temporada, lo que oscureció aún más el tramo final.

Sin embargo, fue el aspecto económico el que más ensombreció la realidad del Hispano. Las diferencias con el Ayuntamiento de Castrillón y las deudas sembraron la discordia casi desde el inicio de la temporada. El presidente, Elpidio Otero, tiene muy claras las raíces de la nefasta temporada. «Al Hispano le ha pasado lo que le ha pasado porque nos ataron las manos. Si no fuera por eso, yo mismo hubiera puesto remedio en su momento», afirma el máximo mandatario del club. Y es que, en opinión de Otero, el abono de la deuda con Autos Villa y el contencioso con una empresa de excavaciones que acometió la renovación de la arena de Ferrota 2 cercenaron cualquier posibilidad de salvación para el equipo.

Con el Hispano en Preferente, Elpidio Otero tiene muy claro cuál debe ser el objetivo prioritario del club para la próxima temporada: «El futuro pasa por tener mejores instalaciones. Hemos diseñado un proyecto para construir un complejo deportivo en Ferrota. Si el Ayuntamiento no hace caso, hablaremos con el Principado para instalar césped sintético», señala Otero.