Oviedo, J. E. CIMA

El ciclista Xavier Tondo volvió a ser rey en Asturias, que es su paraíso de victorias, tanto de aficionado, en la Copa de España en Lugo de Llanera en 1999, como hace tres años en la etapa reina del Acebo de la Vuelta a Asturias. Ayer, el catalán supo aprovechar el duelo final entre los máximos favoritos, Koldo Gil y Stefano Garzelli, para batirles en los finales 25 metros de la cumbre ovetense y ganar la 42.ª Subida al Naranco, memorial «José Manuel Fuente, El Tarangu».

Los 153 kilómetros de la clásica entre Tartiere Auto en Lugones y la cima ovetense fueron una bendición de ciclismo del bueno. Todo porque hubo muchos ataques desde la salida y constantes neutralizaciones por parte de los compañeros del ambicioso Garzelli. Hasta que se cansó el ganador del Giro 2000 y, camino de la Collada de Arnicio, pasó al contraataque en una fuga de diecisiete ciclistas que sorprendió a casi todos los rivales. Menos al portugués Cabreira, que hizo de vigilante para Tondo.

En el alto de Arnicio, la fuga adquirió 3.35 sobre el grupo principal, gracias al gran trabajo de Andriotto y Samoilau para Garzelli. El ovetense Raúl Santamarta y su compañero Óscar Pujol, hijo del ex profesional Juan Pujol, hicieron la hombrada de salir del grupo principal y unirse en el descenso. Los dos corredores del Burgo Monumental hicieron una excepcional etapa ante grandes figuras internacionales, aunque no tuvieron buen premio.

Luego, en el descenso, los dos compañeros de Garzelli y otros tantos del colombiano Pedraza en el Tinkoff tiraron con fuerza para asentar la fuga en el paso por la cuenca del Nalón y llegar al pie de Santo Emiliano con 2 minutos de ventaja. A pesar de que en el pelotón tiraban corredores del Benfica, Karpín Galicia, La Aluminios y Andalucía-CajaSur para intentar evitar la debacle.

Raúl Santamarta, en cabeza

Hubo ataques en el puerto de Santo Emiliano en cabeza y al final pasó primero por el alto el brillante asturiano Raúl Santamarta. Luego, en La Rebollada, pasó al contraataque Garzelli, pero le siguieron su sombra Cabreira, junto a Manuel Vázquez, Óscar Pujol y el colombiano Pedraza.

No había entendimiento y así se llegó a las rampas de Manzaneda, donde Samoilau volvió a trabajar bien para Garzelli. Hasta que otro contraataque de Cabreira hizo que Garzelli tomara las riendas del pequeño grupo donde sólo le aguantaban Pedraza, el brillante Pujol y Vázquez.

El grupo principal se había acercado a 1.15 y por eso Garzelli intentó que fuera exitosa la fuga, pero sólo encontraba freno en sus acompañantes. Así que el italiano, después de una gran exhibición, decidió no morir en el intento y ver lo que pasaba cuando les cazaran, que fue ya en las calles de Oviedo.

Garzelli mandó trabajar a sus compañeros en la ascensión al Naranco para buscar el triunfo. Pero los fuertes ataques del italiano Sestili, luego de Alfonso Azevedo y, sobre todo, de Bruno Pires, en la famosas «canteras», dejaron sólo a Garzelli ante los rivales. Parecía que iba a ganar Pires cuando salió a relucir en el último kilómetro Koldo Gil, con unas impresionantes arrancadas, pero Garzelli aún tuvo arrestos para anularle en dos ocasiones.

Vigilancia entre estrellas

En la segunda, cazaron a Pires, a falta de 500 metros. Hubo un momento de vigilancia entre las dos estrellas que dio lugar a un reagrupamiento de seis ciclistas, entre ellos Tondo. A falta de 250 metros, de nuevo arrancó Koldo Gil y con mucho esfuerzo le pudo seguir a rueda Garzelli confiado en remontarle al sprint. Pero al italiano le fallaron en el momento clave las fuerzas, lógico después de toda una etapa en fuga, y Koldo Gil ya se veía triunfador cuando por un lateral, y a falta de 10 metros, le remontó Tondo. El catalán sigue agrandando su palmarés en el Paraíso de Asturias. La gloria del Naranco se decidió al sprint entre tres grandes figuras y se la llevó el último ganador de la Vuelta a Portugal.

Cuarto entró otro escalador, Sánchez Pimienta, a 3 segundos, por delante de Rovira, Calvente (ganador de la Vuelta a La Rioja), Pires, Augustyn, Javi Moreno y David García (ganador de la Vuelta a Turquía). Todo un lujo.

Luego ya vino un rosario de ciclistas. El primer asturiano fue Raúl Santamarta, que acusó la escapada en la subida a Manzaneda, junto al noreñense Andrés Antuña, que también se quedó de los buenos en Manzaneda. El resto de asturianos llegó fuera de control como Daniel Allonca o Jorge Llano, que cogió la primera fuga, o abandonaron como Mario de Sárraga, Daniel Ania o Joaquín Sobrino.