Tenerife, V. RIVERA

Nada más ver cómo el balón superaba a Raúl Navas y se colaba por la escuadra, Míchel se fue como un poseso a la banda dándose golpes en el pecho. Era un mensaje muy especial, para alguien que lo esperaba al otro lado de las cámaras: «Se le dediqué a mi madre, que tuvo una operación en el pecho y quise darle una alegría después de lo mal que lo pasó».

En apenas una semana, Míchel pasó de ser baja para Tenerife, a ser el hombre del partido: «Pensaba que no iba a jugar este partido y mira lo que ha pasado. Estoy muy contento por la victoria y por el gol, pero sobre todo por la victoria». El lenense piensa en sus seres queridos y confiesa que «la expulsión del otro día le afectó más a mi familia que a mí y esta semana pude darles una alegría».

Míchel tiene fresca en la memoria cómo fue la jugada que abrió el marcador y que cambió el partido, que hasta ese momento no pintaba demasiado bien para los rojiblancos. «Fue una jugada por la banda derecha de Pedro y Kike por la banda, el balón me llega y no me lo pensé ni un momento. Cuando estás en esa situación hay que intentarlo y tuve la suerte de que entró», explica.

Míchel analiza el partido y detalla que «empezamos un poco aturdidos por el calor, parecía que estábamos un poco cansados pero fuimos entrando poco a poco y luego aguantamos muy bien atrás».