Nos duele decirlo y no será desde estas líneas desde donde se carguen gratuitamente las tintas contra nuestros mejores especialistas de 1.500 metros, pero hay un hecho claro: desde 1989 hasta hoy no había tenido lugar ninguna final en Europeo, Mundial o Juegos Olímpicos en la que no hubiera presencia de algún atleta español.

La prueba que ha sido el epicentro del atletismo español durante muchos años está ahora pasando un bache en nuestro país. Hay quien argumenta que a pesar de no tener un dominador claro, el 1.500 mundial en la actualidad goza de un nivel medio superior a épocas pasadas, pero no es menos cierto que los mejores Abascal o González, con los medios netamente inferiores de hace 25 años, perfectamente podrían haberse clasificado para la final que veremos esta tarde.

Así pues, tendremos que disfrutar hoy de la final de 1.500 metros con un prisma meramente deportivo y sin los tics pasionales que en otras épocas nos permitían vibrar con los nuestros. Once atletas de origen africano y el norteamericano Leonel Manzano nos depararán seguro un gran espectáculo atlético mientras confiamos en que la nueva generación de Álvaro Rodríguez, David Bustos o Kevin López madure con entidad suficiente para devolver los grandes días de gloria al 1.500 español.