Oviedo, J. I. CASTAÑÓN

«He ido controlando en todo momento los tiempos de paso. Tenía las referencias del año del récord y he ido mejorándolas en todos ellos», señalaba ayer en línea de meta Iván Hierro, el ya triple ganador en el Naranco. Así, el primer kilómetro lo pasaba en 2.54, por los 3.02 de Capitán en 2005, y al paso del segundo acumulaba 5.50, por 6.04 en el caso del madrileño. «Donde más he recortado ha sido en el cuarto parcial. Los hermanos Capitán hicieron 16.40 en los primeros cuatro kilómetros, y yo hice 16.12. Al ver la marca ya me vi con el récord. No obstante, puedo bajarlo más, porque aflojé en el tramo final», reconoció el corredor santanderino, que se entrena en solitario supervisado por su amigo Bruno Toledo. «Volví una temporada con David Méndez el año pasado, pero prefiero autoentrenarme. Este año me echará una mano mi amigo Bruno».

Hierro reconoce que Asturias es su segunda casa. «Mis ahijados son de aquí, y en Asturias tengo muy buenos amigos. Mis primeras zapatillas las compré en Master Sport, la tienda de Paco, con 8 años, y fue él quien me convenció para venir y batir el récord. Tal como estoy ahora de forma va a ser difícil que supere alguien este récord, salvo que venga un africano», señaló.

Por su parte, Cristina Alles, que ganaba en su debut en la prueba, reconocía que se le daban bien las carreras con cuestas. «Se hace dura la subida, pero me he llevado una alegría, porque como no conocía el recorrido creía que terminábamos más lejos, junto a la estatua».

Los primeros asturianos en meta, Borja y María García, admitían la superioridad de sus rivales. «A partir de San Miguel de Lillo te pone la carretera en tu sitio», destacaba Borja, mientras que la gozoniega señalaba que aún acusaba molestias en un tendón de la carrera de montaña organizada en el Centro Asturiano, en la que se impuso.