Avilés, Albina FERNÁNDEZ

«Estamos muertos de cansancio, pero muy satisfechos porque no sólo eliminamos a un equipo de superior categoría, sino que fuimos muy superiores al Logroñés en el cómputo general de los dos partidos». Así de satisfecho se mostró el técnico del Marino, Rogelio García, tras superar los octavos de final de la Copa Federación ante la Unión Deportiva Logroñés, de Segunda B. Un éxito deportivo que se vio empañado por un incendio en la mueblería que el presidente marinista, Luis Gallego, tiene en Luanco y que provocó importantes daños materiales. «Le avisaron a las dos y media, cuando veníamos en el autobús desde Logroño, y fue un palo para todos. Se nos amargó el pase a cuartos», explicó García.

Los de Luanco fueron fieles a sus estadísticas y volvieron a marcar como visitantes con goles de Stoica (1-1) y Castaño (1-2). Los jugadores azules salieron un tanto picados al césped de Las Gaunas después de que los riojanos achacaran al mal estado del Miramar la derrota (2-1) en el partido de ida, y tuvieron ocasiones claras para volver a imponerse en un terreno de juego que estaba en buenas condiciones. «Fallamos cuatro ocasiones muy claras para sentenciar, pero demostramos que fuimos mejores porque les ganamos en un campo embarrado y en otro en buenas condiciones», añadió el técnico.

Pantiga y Piero fueron los únicos jugadores que acabaron el partido tocados. El primero en el pubis y en segundo en el adductor, pero el técnico espera recuperarlos para el choque del domingo, a las 17.00 horas en Miramar, ante el actual líder, Universidad de Oviedo.

Para este encuentro Rogelio ya podrá contar con Rubén Valdés, que no viajó a Logroño por unas molestias, y con Rubén Suárez, a quien dio descanso en la Copa Federación para que estuviera en buenas condiciones ante Universidad y Langreo.