Gijón, Víctor RIVERA

La afición del Sporting hizo ayer un viaje en el tiempo. Los masivos desplazamientos de aficionados rojiblancos para animar a los de Preciado han dejado hace tiempo de ser noticia, para convertirse en una sana costumbre que envidian el resto de equipos del fútbol español. El de este fin de semana es un desplazamiento muy especial. En primer lugar, porque cerca de tres mil valientes superarán el largo viaje en autocar para regresar a Zaragoza, una ciudad que lleva tiempo sin recibir al Sporting.

Pero una buena parte de la afición rojiblanca, quizá la más nostálgica, ha hecho una licencia al corazón con una escala en Logroño que les ha permitido renovar el histórico hermanamiento entre riojanos y sportinguistas. Las gradas del mítico Las Gaunas acogieron ayer medio millar de sportinguistas que animaron al nuevo Logroñés en su partido ante el Badalona. Cualquier excusa es buena para regresar a Logroño y el partido ante el Zaragoza brindó la ocasión propicia.

Las peñas rojiblancas madrugaron ayer de lo lindo para llegar a Zaragoza con tiempo de disfrutar de las bondades que ofrece la capital aragonesa. Hasta treinta peñas rojiblancas habían confirmado al club su presencia en las gradas de La Romareda. A estas habrá que sumar las que se han desplazado por libre, las que viajarán desde fuera del Principado, y la multitud de seguidores que harán el desplazamiento en su vehículo particular.

En total se calcula que habrá cerca de tres mil aficionados rojiblancos en las gradas de La Romareda. La prensa aragonesa ya especula con que el campo maño puede superar los 26.000 espectadores que vieron el encuentro ante el Sevilla, con lo que registraría la mejor entrada de la temporada. El Sporting devolvió algo más de 500 entradas al conjunto aragonés. Esto se debió a que muchas peñas rojiblancas no quisieron arriesgarse a quedar sin entradas y las negociaron directamente con el Zaragoza.

Aunque habrá quien se quede en Zaragoza hasta el lunes, como la peña sportinguista El Chorby, la mayoría de los autocares emprenderá el largo camino de regreso durante la noche del domingo, una vez concluido el encuentro de La Romareda.

El Sporting, por su parte, hizo el desplazamiento en un vuelo chárter, que aterrizó sin novedad ayer en el pequeño aeropuerto de Zaragoza. La expedición, que regresará nada más concluir el encuentro, fue encabezada de nuevo por el presidente Manuel Vega-Arango.

El Sporting tiene previsto jugar en La Romareda con su camiseta rojiblanca habitual -aunque ha viajado también con la roja por si Mateu Lahoz se pone escrupuloso-, el pantalón y las medias serán los rojos de la segunda equipación, para no coincidir con el pantalón maño.