Gijón, Víctor RIVERA

Visto en la calle, nada le distingue de sus compañeros. Es un chico normal, de 18 años, buen estudiante de segundo de bachillerato y un apasionado del fútbol. Ahí brota la diferencia. A pesar de ser juvenil de segundo año, Sergio Álvarez Díaz (Avilés, 23-1-92) está a un paso de debutar con el primer equipo del Sporting. Los técnicos de Mareo tienen grandes esperanzas depositadas en este futbolista, al que muchos comparan con el mítico Joaquín por su juego, por su madurez, por su precocidad. «Ilusión y motivación no me van a faltar, para mí esto es lo máximo», explica con cierta timidez, pero sin dejarse apabullar por las cámaras.

Sergio aún no sabe si irá convocado a Santander y no tiene claro «si el peto que me puse era o no el de titular». Por Mareo circula el rumor desde hace semanas de que este centrocampista hará la pretemporada con el primer equipo, a las órdenes de un Preciado que no le quita ojo. «Si se da, lo haré lo mejor que sepa porque es una oportunidad muy buena», asegura.

Sergio espera completar el bachillerato antes de iniciar una carrera que podría ser «una ingeniería o perito industrial». Para encima estudia bien, aunque asume que si llega la ocasión «le voy a dar prioridad al fútbol porque es una oportunidad muy importante, de la que disfrutan muy pocos».

Lo único que le queda a Sergio de juvenil es la edad. Esta temporada ha sido un fijo en las alineaciones del filial y en llamadas de la selección española sub-18 y ahora le llega el primer equipo. «Lo importante es que no se me suban los humos».