«La vida no es justa». Habla Bernie Ecclestone de su negocio, la Fórmula 1, y de las diferencias entre unos equipos y otros. «Pasa en todos los deportes, el Madrid puede pagar una millonada por un jugador y otros no. Es la injusticia del deporte».

En la página oficial del campeonato, el inglés da un repaso a la vida en los circuitos y, cómo no, encuentra un hueco para referirse a Fernando Alonso. Le proponen un juego divertido: la confección del equipo ideal. Y escoge: «La escudería sería Ferrari, por el mito. Y los pilotos, Alonso y Vettel». Al frente, él mismo, faltaría más. «Yo sería el director porque nadie sabría manejarlos de la forma adecuada, especialmente a Alonso, del que dicen que es un poco difícil. Yo no creo que sea así, aunque hemos visto que otros fallaron en el intento».

Con los 80 años cumplidos, la cabeza de Ecclestone no deja de funcionar, siempre con la idea de exprimirle al invento de las carreras hasta el último euro. Dice que los pilotos lucharían más sin en lugar de puntos repartiese medallas (oro, plata y bronce para los tres primeros) y el Mundial se lo llevase el que tuviera más victorias; que la lacra de la Fórmula 1 es la ausencia de adelantamientos y que no sería una locura mojar los circuitos para fomentarlo. «¿Por qué no "hacer llover" en mitad de la carrera o durante veinte minutos a diez vueltas del final?».

t La suspensión de Bahrein es un asunto delicado para Ecclestone. Lo une una gran relación amistosa y de negocios con la familia real. «La decisión fue suya. Les dije que hicieran lo mejor para su país, yo no podía presionar desde Europa sin conocer la situación real», explica.

Ahora queda resolver qué pasará con el Gran Premio. Descarta correrlo en Europa, como sugieren algunos equipos, porque «lo que necesitamos es correr en Bahrein para ayudarlos», y dice que habría que encontrarle una fecha «antes de que empiece el Mundial», que incluso podría ser «durante las vacaciones de agosto».