Santander, Efe

El entrenador asturiano Marcelino García Toral explicó ayer que el «único culpable» de que vaya a rescindir su contrato con el Racing para fichar por el Sevilla es el propietario del club cántabro, Ahsan Ali Syed porque, dijo, «nos ha engañado y ha incumplido todas sus promesas». El técnico asturiano, en conferencia de prensa, ha reconocido que su marcha puede suponer un trastorno para el Racing, pero ha subrayado que tal y como se va a producir, él siente que es «el más perjudicado», tanto desde el punto de vista económico como social.

Marcelino ha explicado que, tras los reiterados «engaños» e incumplimientos del empresario indio Ali Syed y a raíz de que el Sevilla le comunicó que era el elegido, sólo le quedaban dos posibilidades, irse a casa o aprovechar una «oportunidad irrepetible que no se podía dejar escapar».

Una vez que el Sevilla se decantó por él, Marcelino cree que solo había una elección posible, porque para entonces ya sabía que no iba a seguir en el Racing. Marcelino ha pedido a la afición del Racing que se ponga en su lugar y entienda que el Sevilla le ofrece la posibilidad de «optar a títulos» y a jugar competiciones europeas, mientras que en Santander, «Ali ha dejado solo al presidente, Francisco Pernía, para que busque soluciones».

«El propietario nos engañó y tomó el pelo a todos y parece que todavía hay que hacerle la ola y que los culpables somos el presidente y yo», se ha lamentado. «Ali promete todo y no cumple nada, es alguien en quien no se puede confiar», afirma Marcelino, para quien en estos momentos el Racing está en una «situación de dificultad y de indefensión, pero no de ruina».

«Nosotros nunca hemos buscado un equipo», ha afirmado Marcelino en su nombre y el de Rubén Uría e Ismael Fernández, segundo entrenador y preparador físico también asturianos, que le acompañarán en su nueva etapa al frente del Sevilla. Marcelino ha dicho que entiende la postura de Francisco Pernía de no dejarle marchar porque «defiende los intereses del club y no lo está teniendo fácil».

Marcelino ha reconocido que, tras no haber podido alcanzar un «acuerdo amistoso», rompe el contrato de forma unilateral, con lo cual, según el decreto 1.006, el Racing deberá ser indemnizado. El técnico espera que el juez no fije una indemnización superior a lo que debería percibir por la próxima temporada (casi un millón de euros).