Samuel Sánchez (Oviedo, 1978) no regresó ayer a casa porque después del gran Tour que hizo fue contratado para tres criterium (ayer y hoy en Bélgica y mañana en Austria), antes de afrontar el sábado la Clásica de San Sebastián. El campeón olímpico y ahora rey de la montaña del Tour y ganador de la etapa en Luz Ardiden se muestra feliz en sus declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA camino de Bélgica. El ovetense, quinto en el ranking UCI, ha sido felicitado por Francisco Álvarez-Cascos, presidente del Principado, y Gabino de Lorenzo, alcalde de Oviedo, y falta concretar el día en el que será recibido en ambas instituciones tras su gran Tour.

-¿Qué balance hace del Tour, un día después del podio de París?

-Que lo hemos bordado y fue un Tour de bandera. Pudo ser mejor si llego a entrar en el podio de la general y también peor debido a los percances del principio, como ese 1,20 de la primera etapa que me lastró mucho, como a Contador. Pero después de ganar la etapa de Luz Ardiden, ser segundo en Alpe d'Huez y Plateau de Beille y adjudicarme el maillot de la montaña, que tiene mucho prestigio mundial, no se puede pedir más.

-Ya en Pirineos contaba que el objetivo más cercano era el maillot de lunares y lo logró al final.

-Creo que de cuatro llegadas en alto, ganar una y ser segundo en dos premia justamente al más regular en la montaña. La realidad es que en Alpe d'Huez me tiré a ganar la etapa o ser segundo, porque era la única opción de arrebatarle el maillot a Andy Schleck si no entraba él entre los seis primeros. Sufrí mucho en la meta mirando la llegada de Schleck y luego fui muy feliz con este reinado. La puntuación ahora de la montaña está bien porque beneficia a los ganadores en meta en alto y a los mejores de la general. Entrar en este palmarés de campeones es un triunfo muy grande, comparable al de campeón olímpico en China.

-¿A los 31 años perdió una gran oportunidad de entrar en el podio de la general?

-Puede ser, pero con el desastre del primer día al quedar bloqueado por una caída y ceder 1,20, más el tiempo de la crono por equipos, me tocaba atacar si quería estar en el cajón o coger el maillot amarillo. En el Tour es difícil recuperar tiempo y si fallas luego un día, como en el Galibier, no perdona. Nadie te regala nada. Contador y yo tuvimos el mal día en el peor escenario.

-Igual en el Galibier acusó el desgaste de tanto atacar por querer ayudar a su amigo Contador.

-No, porque al día siguiente estuvimos bien, como en la crono final. El problema fue que cogí una pájara increíble, y fue poco lo que perdí para cómo iba. Igual le pasó cerca de meta a Contador. Tuve mala suerte con esos dos días malos, entre ese primer día por la caída y el desfallecimiento del Galibier, donde cedí 3,55 y al final quedé a 4,55 del ganador Cadel Evans. Esas son las cuentas que hay que echar.

-¿Qué le deja más satisfecho?

-Que he reforzado mi imagen al cumplir los objetivos de ganar la etapa y estar en el podio de París, aunque fue en el de la montaña. No se me puede reprochar nada, como tampoco a Contador, porque siempre que hemos atacado hicimos daño, dimos espectáculo y pusimos el Tour patas arriba. Fuimos los animadores de la carrera. Y luego en mi equipo, Euskaltel, hicimos el mejor Tour de la historia, porque también acabamos quintos, con un presupuesto sólo de 6 millones.

-¿No se reprocha nada?

-La pena es que los años van pasando y se pierde otra oportunidad, cuando llegué en una condición inmejorable. Estaba mejor que el año pasado. La verdad es que ataqué para llegar al maillot amarillo y no pude.

-¿Qué va a hacer ahora?

-Estos días correr en Bélgica los criterium post Tour, que es una pasada cómo tratan allí a los ciclistas profesionales. Es darse un baño de masas que todo corredor precisa vivir. Podía hacer más criterium, pero voy a ir a la Clásica de San Sebastián y luego también a la Vuelta a Burgos. Lo que no haré ya será la Vuelta a España.

-¿Se retirará sin ganar la Vuelta?

-Tiempo habrá, porque quiero conseguirla. El próximo año es duro, con Juegos Olímpicos y Mundial. Quiero probarme en el Giro y me falta ganar una etapa. Luego miraré de ir por la Vuelta.