Oviedo, Álvaro FAES

Fue un «no» rotundo lo que contestó Fernando Alonso cuando le preguntaron si encontraba motivación por el mero hecho de retrasar el alirón de Sebastian Vettel. Para su espíritu ganador sería hasta triste conformarse con semejantes migajas. No es fácil para su ambición, su hambre de triunfo y su competitividad saber que al Mundial le quedan dos meses largos y que tendrá que pasarlos pensando en batallas menores. En sobrevivir, como él mismo dijo, con un coche al que ya no le van a llegar mejoras. Para qué tirar el dinero cuando las partidas enteras pueden ir a los planes del año que viene. Lo acepta el piloto y se maneja este fin de semana por Singapur con objetivos individuales, de esos que engordan el palmarés y le hacen subir en las clasificaciones históricas. Quiere el podio en una pista talismán para él. Siempre ha estado en el de Marina Bay, y de las tres veces que la Fórmula 1 se ha vestido de noche para correr bajo los focos, dos han terminado con triunfo del asturiano, en 2008 y en 2010.

«Me da igual que Vettel sea campeón aquí o en Japón (el próximo GP), la motivación viene por intentar mi cuarto podio aquí o la tercera victoria, sólo eso», dijo el ovetense.

Terminó Alonso segundo la jornada de trabajo libre, después de que la parte de la mañana quedase menguada para reparar los bordillos en algunas curvas. Se quedó nada más que a un par de décimas de Sebastian Vettel, cómo no, el más rápido de la clase. La pista le viene bien al Ferrari. No como anillo al dedo, que eso sólo lo siente el Red Bull, se corra donde se corra, pero mucho mejor que en los dos últimos viajes a Bélgica e Italia. Al menos, no sufrirá el asturiano el martirio del último relevo con los neumáticos duros porque para este fin de semana, Pirelli llevó a Singapur sus compuestos blando y superblando. «Quiero luchar por las primeras posiciones, pero debemos ser realistas porque hubo momentos en que Red Bull y McLaren nos sacaban más de un segundo», explicó Alonso con la noche avanzada en Singapur.

Manejar la degradación de los neumáticos será otro problema. «Puede provocar muchos pit stop y ahí tendríamos que intentar sacar ventaja», avanza el piloto de Ferrari. Si algo bueno ha tenido el F150 Italia es que cuando ha tocado correr con gomas débiles ha sabido cuidarlas como el que más. Así amenazaba Alonso a Vettel en Mónaco, hasta que una bandera roja en la carrera arruinó cualquier opción de acoso al que entonces ya era líder destacado del Campeonato.

Repite el asturiano con su casco dorado. Aparca el clásico azul y recupera el modelo que ya llevó hace unos meses en Mónaco. El destino del nuevo es una próxima subasta benéfica. Brilla de oro el piloto en la carrera nocturna, alumbrada por 1.600 focos de gran potencia, con la red de siete generadores listos para actuar si hay fallos eléctricos. Y esos halógenos, todos colocados en el mismo lateral de la pista, para dar a los pilotos un punto de referencia en caso de trompo y que tengan claro en qué dirección reemprender la marcha.

El circuito más parecido a Mónaco, por su alta exigencia aerodinámica y por revirada, saludó ayer convertido en una pista de patinaje. Normalmente son calles y los coches de Fórmula 1 tardan en formar el carril limpio. Eso y la polémica de los bordillos, con alturas que debían revisarse, hacen que hoy el campo de juego vaya a ser algo distinto a lo que se encontraron en las pruebas libres. «Ya hubo pilotos que trazaban en función de lo que serán algunas curvas en la clasificación», explicó Fernando Alonso, que reconoció haberse encontrado cómodo en su coche. «Ha sido un viernes mejor que los de Monza y Spa. Allí el coche no se pegaba al suelo, pero esta vez ha sido todo más normal. Estoy medianamente satisfecho y miro la cronometrada con más esperanzas que en Italia», afirmó el asturiano, infatigable en su afán de arrebatarle a Vettel al menos una pole en la temporada. El alemán ha conseguido diez hasta ahora y las otras tres se las ha dejado a su compañero de equipo, Mark Webber, una muestra del dominio abrumador de los Red Bull, inalcanzables los sábados.