La montañera asturiana Rosa Fernández acomete el, hasta ahora, «reto más difícil» de su carrera a partir del próximo día 22. El ascenso al Annapurna. De conseguir hacer cumbre sería su séptimo «ochomil», algo que sólo ha superado una mujer en España, Edurne Pasaban. «No es de las más altas, tiene 8.091 metros, pero tiene fama de ser la más peligrosa, por eso la gente la va dejando para el final», explicó Rosa Fernández en la presentación del proyecto de ascenso, que se celebró ayer en el Centro Cultural Internacional Avilés y en el que estuvo acompañada de José Luis García, en representación del patrocinador oficial de la montañera, Cafés Toscaf.

El próximo día 22, la asturiana parte hacia el Himalaya, para trasladarse al campo base el día 25. Allí pasará al menos 20 días para adaptar el cuerpo a la altura y esperar el buen tiempo para iniciar el ascenso. Fernández espera hacer cumbre a finales de abril o principios de mayo. «El mayor peligro está entre el campo base y el campo 1. Es una zona de embudo donde hay muchas avalanchas», explica la alpinista.

«Yo voy a hacerlo ahora, que tengo muchas ganas y estoy fuerte. El Annapurna o lo subes con esta sensación o nunca lo subes», sentencia Fernández. Y es que la montañera logró hacer cumbre en dos «ochomiles» el año pasado, el Kangchenjunga y el Manaslu. La asturiana compartirá campo base con varios grupos e incluso convenció a última hora al español Carlos Soria. «Él cuenta con un equipo fuerte y eso me da a mí confianza», explica.

Eso sí, Fernández acometerá el ascenso con la única compañía de un sherpa, Dorchi, que ya le acompañó en el Manaslu. «Es mejor así, tú tomas las decisiones, no dependes de nadie para tomarlas», explica Fernández. «Aunque esté sola físicamente ahí arriba, tengo mucha gente detrás que me apoya. Es un lujo en estos tiempos que estamos ahora con la crisis poder decir que voy a subir el Annapurna», añade.

Pese a que está a punto de llegar al ecuador, todavía no se plantea enfrentarse al reto de los 14 «ochomiles»: «Para plantearme eso tendría que subir primero el Annapurna y el K2, que son las más duras. Luego ya se vería», comenta.

En el acto, se presentó también el equipo de carreras de montaña Toscaf-GMEA, que contará esta temporada con 25 corredores.