Gijón, J. E. C.

Manuel Vega-Arango, presidente del Sporting, fue ayer nombrado socio de honor de la peña rojiblanca Plaza Real durante el primer aniversario, que se celebró en el hogar-residencia para mayores en Somió. Jesús Murúa, como presidente del hogar-residencia, junto a la directora, Paloma Ordieres, le entregó el carné y un obsequio al presidente del Sporting. Unas 500 personas acudieron al acto, entre otros, Rafael Felgueroso y Pedro Barbillo, teniente alcalde y concejal de Deportes, respectivamente; los futbolistas Nacho Cases, Pedro Orfila, Gálvez y Mendy; los veteranos Jiménez, Redondo, Cundi, Iñaki Eraña y Quini; el consejero rojiblanco Antonio Veiga, y José María Suárez Braña, Eduardo Díaz y Lorena Sustacha, responsables de la Federación de Peñas Sportinguistas.

Vega-Arango, tras agradecer la distinción, manifestó sobre la clasificación del Sporting que «no estamos en momentos buenos pero seguro que lo superaremos. Estuvimos en guerras duras y también saldremos de este paso difícil. Estoy preocupado pero tengo plena confianza en los técnicos y jugadores en salir de abajo».

También el páter rojiblanco Fernando Fueyo, que recibió una distinción de esta peña por sus bodas de oro de sacerdocio, apuesta por rezar y que el equipo se mantendrá en Primera División.

Igualmente tuvieron intervenciones Rafael Felgueroso, teniente alcalde de Gijón, para felicitar a Manuel Vega-Arango por su labor al frente del equipo y desear que todos los aficionados sigan disfrutando con el Sporting en la máxima División. La veterana Ángeles Norniella, como presidenta de los residentes en Plaza Real, también alabó al Sporting reconociendo que «nos llevamos alegrías viendo los partidos y triunfos del Sporting en el cine de la residencia y alguna vez en el estadio de El Molinón y también algunos disgustos cuando se pierde. Al equipo lo seguimos mucho y esperamos que nos dé alegrías». Una vez acabado el acto, los 150 socios de la peña Plaza Real, en su mayoría residentes, junto a los familiares y gente del Sporting, pasaron a disfrutar de una espicha.